Introducción
La
cafeína, también denominada 1,3,7-trimetilxantina, es el compuesto más representativo del grupo de los
alcaloides que conforman las metilxantinas. A pesar de que es posible
fabricarla artificialmente, se encuentra de forma natural en más de 60 especies
de plantas, siendo las fuentes más conocidas las hojas de té y, sobre todo, los
granos de café. Esta molécula con propiedades psicoactivas y
estimulantes del sistema nervioso central (SNC), se encuentra en numerosos
productos de consumo diario (café, té, bebidas energéticas, algunos
medicamentos e, incluso, chocolate) y, por lo tanto, forma parte de la ingesta
rutinaria de gran parte de la población (Akomolafe et al., 2019; Dias et al., 2015; Dias et al.,
2016).
Se conoce que la cafeína aumenta las tasas metabólicas celulares, así como las concentraciones de ácidos grasos libres y glucosa en sangre. Algunos de sus mecanismos de acción más relevantes parecen ser el antagonismo de los receptores de la adenosina (debido a que ambas moléculas presentan una gran similitud estructural con un doble anillo de unión) (Dias et al. 2015), y la inhibición que ejerce la cafeína sobre la fosfodiesterasa que degrada el AMPc a 5’-AMPc (Slanina et al., 2018). Una de las características de la cafeína es la capacidad que presenta para atravesar sin dificultad las membranas biológicas y absorberse rápidamente, de hecho, alcanza su pico en sangre pasados 15-45 minutos tras su consumo. Una vez absorbida, se distribuye a diversos tejidos y se descompone en metabolitos con distintas acciones farmacológicas (Dias et al. 2015; Ricci et al., 2017).
Figura 1. Estructura química de la cafeína (Zakir et al., 2013). |
Muchos estudios relacionan su efecto con algunos de los principales problemas de salud tales como enfermedades cardiovasculares o coronarias, trastornos neuropsiquiátricos, enfermedades cognitivas como el Alzheimer o trastornos reproductivos (Akomolafe et al., 2019; Dias et al. 2015). En este último caso, existen estudios que demuestran que la cafeína puede tener implicación sobre la fertilidad femenina al reducir los niveles de estrógenos y progesterona en la fase lútea, aumentar el riesgo de ciclos menstruales cortos o estimular la ovulación. Del mismo modo, se han publicado numerosos artículos acerca de cómo afecta a la fertilidad masculina y, consecuentemente, a los espermatozoides (Wesselink et al., 2016). En este sentido y en relación con el mecanismo de acción, se ha sugerido que la adenosina y sus antagonistas podrían influir en el sistema reproductivo masculino y, más concretamente, varios estudios han demostrado la presencia de receptores de adenosina en las células de Sertoli. Así, tanto en la vida fetal como en la adulta, la cafeína puede actuar indirectamente al afectar el eje neuroendocrino reproductor o bien mediante un efecto tóxico directo sobre el epitelio germinativo (Dias et al. 2015; Ricci et al., 2017). Además, estudios han publicado que las metilxantinas provocan efectos sobre la motilidad espermática, la capacitación y los procesos de fertilización in vitro en mamíferos (Rota et al., 2019).
Efecto de la cafeína en la calidad espermática
El estudio del efecto de la cafeína en la
calidad espermática se realiza con el análisis de diversos parámetros. La
Organización Mundial de la Salud (OMS, 2010) establece unos análisis para
conocer la calidad espermática, dando valores de referencia a cada uno de
ellos. Estos parámetros que vamos a estudiar son: viabilidad, volumen,
concentración, morfología, y motilidad.
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Viabilidad. En los testículos de ratas en los que
previamente se habían inducido alteraciones en los parámetros seminales
(mediante escopolamina), se vio una mejora en la viabilidad de los
espermatozoides. Esto sugiere que la cafeína puede tener el potencial para prevenir
lesiones oxidativas o daños en los espermatocitos (Akomolafe et al., 2019).
Figura 2. Efecto de la cafeína en la viabilidad
espermática en tejido testicular de ratas inducidas con escopolamina. CAF:
cafeína, SCOP: escopolamina, DON: donepezil (Akomolafe et al., 2019).
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Volumen. Ningún estudio encontró una relación
significativa entre la ingesta de cafeína y el volumen de semen. A pesar de
ello, algunos estudios encontraron volúmenes de semen inferiores en hombres con
un consumo superior de cafeína (café o cola) respecto a los que consumían menos
o no consumían, aunque no eran resultados significativos, sí seguían esa
tendencia (Ricci et al., 2017).
-
Concentración. Hay controversia con este parámetro.
Algunos estudios han demostrado que la ingesta de cafeína se asocia con una
disminución de la concentración y recuento total de espermatozoides a medida
que aumenta la ingesta (Ricci et al., 2017; Wesselink et al., 2016; Jensen et
al., 2010), mientras que otros no observaron una asociación entre este
parámetro y la cafeína. Sin embargo, un único estudio (Marshbun et al., 1989)
encontró un aumento de la concentración espermática mayor en aquellos que
bebían de 1 a 3 tazas de café/día, en comparación con los que no tomaban y con
los que tomaban 4 o más (Ricci et al., 2017).
-
Morfología. Según algunos estudios la cafeína puede
producir diferentes anormalidades ultraestructurales en la morfología
espermática en humanos (Harrison et al., 1980; Slanina et al., 2018). Estas
diversas anormalidades prevalecen entre los hombres que beben de 1 a 3 tazas de
café/día, pero no encontraron diferencias entre los que toman 4 o más. Sin
embargo, otros estudios no vieron daños producidos por la cafeína (Barkay et
al., 1984; Ricci et al., 2017; Slanina et al., 2018; Vine et al., 1997).
-
Motilidad. Muchos estudios han observado en
numerosas especies de mamíferos como el humano, que la cafeína aumenta la
motilidad espermática (de Wagenaar et al., 2016; Slanina et al., 2018;
Wesselink et al., 2016). Esto se debe al efecto inhibitorio producido por la
cafeína en la actividad de la cAMP-fosfodiesterasa, que conduce a niveles
elevados de cAMP intracelular, que actúa aumentando la motilidad espermática
(Slanina et al., 2018). Aunque otros estudios no indicaron ninguna diferencia
significativa que relacione el consumo de cafeína con la motilidad (Ricci et
al., 2017).
Tras un estudio de incubación de
espermatozoides post-criopreservación con cafeína se asoció con un aumento de
la motilidad y de la actividad mitocondrial, lo que sugiere que la cafeína
actúa sobre el mecanismo de energía mitocondrial, resultando en un aumento de
la motilidad (Pariz & Hallak, 2016).
Figura 3. Efecto de la cafeína en la movilidad
espermática en tejido testicular de ratas inducidas con escopolamina. CAF:
cafeína, SCOP: escopolamina, DON: donepezil (Akomolafe et al., 2019).
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Efectos de la cafeína sobre la integridad del ADN espermático
La cafeína está
considerada como un factor externo que incrementa los valores de fragmentación
del ADN espermático. Diversos estudios resaltan que el consumo elevado de cafeína
aumenta el daño en el ADN del espermatozoide, generando roturas de doble cadena
(Gosálvez et al., 2008; Schmid et al., 2007). El daño en el ADN puede
convertirse en aberraciones cromosómicas y mutaciones genéticas al fertilizar,
lo que aumenta el riesgo de defectos en el desarrollo y descendencia con
enfermedades genéticas (Schmid et al., 2007).
Un estudio realizado
describe que más de 3 tazas de café diarias (~ 300 mg/día de cafeína) es un
factor de riesgo para el daño del ADN del esperma, independiente de la edad, ya
que observaron que los hombres con un consumo diario sustancial de cafeína aumentan
el daño en los espermatozoides asociado a roturas de doble cadena (Schmid et
al., 2007) Exponen dos posibles actividades biológicas que pueden explicar
dichos hallazgos. La cafeína es un alcaloide y sus productos metabólicos, la
teobromina y la xantina, pueden reducir el cobre de Cu(II) a Cu(I), lo que
conduce a la generación de radicales de oxígeno (Shamsi et al., 1995). La
generación de radicales de oxígeno aumenta el estrés oxidativo, generando
roturas de doble cadena en el ADN (Azam et al.,
2003). Además, la cafeína inhibe la reparación de la doble cadena (Sarkaria et
al., 1999), lo que puede explicar el aumento del daño del ADN después de su
consumo excesivo.
Efecto de la cafeína sobre la testosterona
Estudios
en varones han demostrado que
la ingesta de cafeína se asocia con mayores niveles de testosterona
(Ramlau-Hansen et al., 2008), lo cual puede ser debido a la alteración del
perfil glucolítico y oxidativo que la cafeína induce sobre las células de
Sertoli (Ricci et al., 2017). Además, un estudio establece que puede ser
positiva para prevenir el hipogonadismo y mejorar la función sexual ya que se
comprobó que la cafeína aumentó los niveles de testosterona en ratas tratadas
frente al grupo control y restableció dichos niveles cuando se habían visto
reducidos por una alteración de la fertilidad de las ratas inducida en el
laboratorio con escopolamina (Akomolafe
et al., 2019).
Figura 4. Efecto de la cafeína en los niveles de
testosterona en tejido testicular de ratas inducidas con escopolamina. CAF:
cafeína, SCOP: escopolamina, DON: donepezil (Akomolafe et al., 2019).
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Efecto de la
cafeína sobre el
daño oxidativo (ROS) en tejido epididimario y testicular
Las células espermáticas
presentan altas tasas metabólicas asociadas a producción de especies reactivas
de oxígeno (ROS). En cantidades controladas, estos son necesarios para el
funcionamiento de estas células. Sin embargo, un desequilibrio de estos ROS
como consecuencia, entre otros, de estrés oxidativo, provoca daños celulares
(como peroxidación lipídica), disminuyendo la viabilidad espermática y
afectando en última instancia a la calidad del semen (Dias et al., 2016).
Los puntos de mayor estrés oxidativo del
tracto genital masculino son el testículo y el epidídimo, por lo que los
estudios se han centrado en la relación de estos tejidos con la cafeína. En
varios estudios en ratas, donde se había inducido el daño oxidativo (cadmio,
escopolamina, etc.), la cafeína demostró un efecto protector atenuando
significativamente los niveles de ROS en ambos tejidos (5 y 25 mg/kg). Según
apuntan, esto podría deberse a la actividad de la cafeína actuando como un
antioxidante no enzimático, que reacciona con el ROS (actuando como agente
reductor) como mecanismo de defensa contra el estrés oxidativo. Así, la cafeína
podría ser una terapia eficaz para aliviar la carga de los radicales libres
inducidos y por tanto daño oxidativo en los tejidos testiculares y
epididimarios, suponiendo así un menor daño en el ADN de los espermatozoides (Akomolafe et al., 2019).
Respecto al humano, se ha
visto como la cafeína redujo la peroxidación lipídica y la oxidación de
proteínas (por actuación de los ROS) en las células de Sertoli (Akomolafe et al., 2019). Por otro lado, se ha asociado
el consumo rutinario de café con la integridad del ADN espermático, pareciendo estar asociado a roturas de doble cadena del ADN y aneuploidías, ya mencionado anteriormente( Ricci et al., 2017). Así, existe una evidente controversia sobre la correlación entre el consumo de cafeína y la posible fragmentación del ADN espermático en humanos, entre otros motivos por la falta de uniformidad en la metodología seguida en los distintos estudios.
También se han
estudiado otras sustancias con cafeína, como el té, no observando cambios en la
peroxidación lipídica tras la adición de esta a espermatozoides humanos
almacenados a temperatura ambiente tras descongelación. Sin embargo, esta cafeína fue testada de forma pura individualmente y en combinación con otros componentes mayoritarios del té. Así, en principio la cafeína
presente en el té no ayuda a mantener la pérdida de viabilidad que suele
ocurrir tras descongelación por estrés oxidativo, pero esto podría cambiar si se adiciona directamente té sobre los espermatozoides (Dias et al., 2016).
La importancia de la cafeína en las técnicas de reproducción asistida (TRA)
El éxito de las TRA actuales depende de numerosos
factores, incluyendo a los relacionados con la propia manipulación y
mantenimiento de los gametos y embriones (Dias et al., 2016).
En numerosos estudios se ha comprobado que la adición de
cafeína en los medios de descongelación ha mejorado la motilidad tras la
descongelación (porcentaje de espermatozoides móviles aumentado). Esto se ha
demostrado en humanos y en animales domésticos como el perro, toros, verracos,
carneros o sementales. En verracos, se ha demostrado la asociación entre esta
adición post-descongelación y una mejora de las tasas de embarazo y parto
(Pariz & Hallak, 2016; Slanina et al., 2018).
Así, gracias a su efecto estimulante, la cafeína se
utiliza en procedimientos in vitro de hiperactivación, capacitación e inducción
de reacción acrosómica (Rota et al., 2019), sin afectación en la integridad del
espermatozoide (Slanina et al., 2018).
Por otro lado, varios estudios han estudiado la influencia
del consumo de cafeína sobre los resultados de las TRA. Mientras un estudio de
cohorte prospectivo concluye que el consumo de cafeína masculina no tiene
efectos sobre fertilización, embarazo y nacidos vivos (Klonoff-Cohen et al.,
2002), otros asocian la alta ingesta de cafeína con una menor probabilidad de
embarazo clínico y de nacidos vivos por ciclo de TRA, especialmente cuando este
consumo de cafeína es diario (≥ 272 mg/día) (Karmon et al., 2017).
Curiosamente, en este estudio se vio que aumentando las
cantidades de cafeína en 100 mg/día adicionales, aumentaba significativamente
el riesgo de gestaciones múltiples en 2.2 y 3.0 veces cuando era de forma
progresiva y diaria (Klonoff-Cohen et al., 2002), y justo en la semana del inicio
del tratamiento, respectivamente (Ricci et al., 2017).
Además hay autores que apuntan que los efectos de la cafeína sobre algunos pacientes podrían estar determinados por la diversidad genética, por ejemplo las variantes del gen CYP1A2 que afectan al metabolismo de la cafeína (Minguez-Alarcon et al., 2018). Por lo que aunque la cafeína no tenga un efecto negativo claro según algunos estudios, parece razonable que si se desea concebir se tome precauciones con respecto su toma.
Otro aspecto a tener en cuenta es el azúcar utilizado para endulzar las bebidas con cafeína. Hay hallazgos que demuestran que una mayor ingesta de bebidas azucaradass están asociados con una disminución de nacidos vivos en pacientes sometidos a TRA y una menor fecundabilidad (Mínguez-Alarcón et al., 2018).
Además hay autores que apuntan que los efectos de la cafeína sobre algunos pacientes podrían estar determinados por la diversidad genética, por ejemplo las variantes del gen CYP1A2 que afectan al metabolismo de la cafeína (Minguez-Alarcon et al., 2018). Por lo que aunque la cafeína no tenga un efecto negativo claro según algunos estudios, parece razonable que si se desea concebir se tome precauciones con respecto su toma.
Otro aspecto a tener en cuenta es el azúcar utilizado para endulzar las bebidas con cafeína. Hay hallazgos que demuestran que una mayor ingesta de bebidas azucaradass están asociados con una disminución de nacidos vivos en pacientes sometidos a TRA y una menor fecundabilidad (Mínguez-Alarcón et al., 2018).
Conclusiones
- Los parámetros espermáticos se ven
afectados por la cafeína, encontrando una mejora en la viabilidad y motilidad.
-La ingesta de cafeína se asocia con
mayores niveles de testosterona.
- La cafeína,
en dosis moderadas, atenúa los daños oxidativos en tejido testicular y
epididimario. gracias a su posible papel como antioxidante no enzimático. Así,
podría relacionarse con el mantenimiento de la viabilidad de los
espermatozoides.
-La ingesta de cafeína afecta a la
fertilidad masculina en general y a los resultados de TRA, y este efecto
dependerá de las dosis ingeridas de esta.
-Agregar cafeína post-descongelación
puede ser una herramienta importante para mejorar la motilidad seminal en TRA.
- En cualquier caso, son necesarios más
estudios, especialmente en humanos, para la asociación de la cafeína con tasa
de embarazo y niño nacido en TRA, y también para su aplicación clínica.
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Realizado por: Clara Agudo, Sara
Chulián, Andrés Prieto y Noelia López
Buen artículo. Tal vez podríais comentar al principio que la cafeína es un inhibidor de la PDE. Lo ponéis más adelante, pero creo que es un efecto tan importante como el de su efecto sobre el receptor de adenosina.
ResponderEliminarSobre el artículo de Ricci, veo a ese metaestudio un fallo importante. No considera que el efecto del consumo de bebidas con cafeína pueda deberse a que contienen azúcar, a pesar de que cita estudios que se centran específicamente en este efecto. De hecho, una revisión reciente (Mínguez-Alarcón 2018, 10.1016/j.fertnstert.2018.05.026) destaca los hallazgos inconsistentes en el caso de la fertilidad femenina, pero además que cuando se consideran las bebidas azucaradas sí que se encuentran efectos negativos.
Ese trabajo es interesante, porque los autores apuntan a que la diversidad genética podría predisponer a algunos pacientes a los efectos de la cafeína (específicamente, en el gen CYP1A2). Por tanto, incluso aunque la cafeína no tenga un efecto negativo claro, sería razonable tomar precauciones en caso de que se busque concebir.
Hay otro estudio también bastante completo, Ilaqua 2018 (10.1186/s12958-018-0436-9), con similares conclusiones.
En el artículo divulgativo ponéis una gráfica muy apropiada con la cantidad de cafeína de diversas bebidas. Tal vez podríais resaltar que las cantidades a las que se han encontrado efectos negativos frecuentemente se corresponderían con las equivalentes a 8-10 tazas de expreso, 6-7 colas o 3 tazas grandes de café (en mi opinión, esas cantidades podrían causar efectos sistémicos, y si se toman azucaradas no serían muy saludables).
Finalmente, revisad la parte de los ROS. Creo que hay algo de confusión. En la frase sobre la protección al ADN, sería contradictorio con lo que dice Ricci y col. Sobre el estudio del té, tened en cuenta que los autores no añaden té, sino productos químicos puros que ellos combinan (y de hecho, encuentran mayor estrés oxidativo en proteínas en algunas condiciones).