Beltrán González Tuñón, Sara Laucirica Reina y Denisa María Balan Stoian
Introducción
La infertilidad se define como la incapacidad de una pareja de conseguir un embarazo en un periodo de un año y afecta a una de cada seis parejas en la actualidad. La mayoría de las investigaciones hasta la fecha se han centrado en factores femeninos que pueden afectar a las parejas, sin embargo, se ha visto que en alrededor de un 50% de los casos, se debe al factor masculino. Varios análisis indican como la calidad seminal ha ido decreciendo progresivamente a lo largo de los años en países industrializados debido a diversos factores como pueden ser los cambios en la dieta, la obesidad y la forma física [1].
La actividad física (AF), como ya se sabe desde hace años, tiene grandes efectos beneficiosos en muchos ámbitos de nuestra salud. Esta produce un gran impacto sobre la hipertensión, problemas cardiovasculares y la obesidad entre otras muchas afecciones, llegándose a calcular incluso que podría alargar la vida media entre unos 6 y 7 años.
En lo que a la fertilidad respecta, se promueven también hábitos saludables como mantenerse en un peso adecuado y no abusar del tabaco o del alcohol ya que afectan a la salud reproductiva tanto de hombres como de mujeres. Sin embargo, en cuanto a la AF, nos encontramos con ciertas contradicciones ya que, por ejemplo, un exceso de ejercicio físico se relaciona con amenorrea y no se sabe a ciencia cierta si existen relaciones con la fertilidad. Hay estudios que afirman que la AF baja produce un deterioro en el esperma, otros relacionan esta baja calidad con la AF alta y otros no encuentran relación alguna.
Se han propuesto mecanismos que podrían relacionar la AF con la calidad seminal, reparando en que, por ejemplo, el ejercicio realizado de forma regular podría reducir el estrés oxidativo aumentando la actividad de las enzimas antioxidantes. Por otro lado, el exceso de esta AF de alta intensidad se relaciona con desequilibrios en los balances de oxidantes/antioxidantes [2].
Por otro lado, la obesidad es un trastorno metabólico sistémico que, a través del estrés oxidativo, se ha comprobado que puede inducir infertilidad o subfertilidad masculina. En la actualidad un 39% de la población mundial presenta sobrepeso y un 13% se clasifican como obesos, padeciendo trastornos asociados como son enfermedades cardiovasculares, además de poder suprimir la competencia reproductiva masculina debido a la disfunción eréctil y los bajos niveles de testosterona [3].
Estrés oxidativo
Uno de los principales factores que afectan a la infertilidad masculina son las especies reactivas de oxígeno (ROS) representando un 30-80% de los casos. El estrés oxidativo se produce cuando existe cierto desbalance o desequilibrio entre la producción de ROS y las capacidades antioxidantes de contrarrestarlos.
Los espermatozoides, son células especialmente sensibles a los ROS debido a que poseen un alto contenido en ácidos grasos poliinsaturados y uno muy bajo en antioxidantes. Cuando los ROS interaccionan con estos ácidos grasos de los espermatozoides, se produce un daño por peroxidación lipídica y conlleva la producción de genotóxicos como el malondialdehido (MDA). Además de esto, los ROS pueden producir daños en el ADN espermático como son roturas de la cadena, fragmentaciones y otras modificaciones.
Varios estudios han corroborado como la obesidad, puede potenciar el estrés oxidativo y por ende el daño en el ADN espermático resultando así en una reducción de su capacidad de fecundación.
El espermatozoide posee una vaina mitocondrial alrededor de la pieza media del flagelo que sirve como fuente de energía metabólica para promover que los espermatozoides sean capaces de moverse. La generación de ROS puede conllevar a la creación de daños en la membrana interna de las mitocondrias espermáticas y así perjudicar a la síntesis de ADN mitocondrial (ADNmt) alterando el potencial de membrana mitocondrial (PMM). Esto, lo que produce es que aumenta la fuga de especies cargadas de la cadena de transporte de electrones, produciéndose así aún más ROS. Además, el PMM es un indicador de la motilidad espermática, por lo que esta alteración puede derivar en una inhibición del movimiento espermático
Se ha podido comprobar como las ratas alimentadas con una dieta rica en grasas sufren otra serie de cambios también inducidos por estrés estrés oxidativo. Entre estos, se encuentra la disminución en la eficiencia de la respiración mitocondrial en los espermatozoides, lo que afecta a la concentración y a la motilidad de los espermatozoides. De hecho, si esta dieta se mantiene en el tiempo, puede incluso llegar a afectar a la estructura testicular aumentando los ROS y potenciando la apoptosis de las células germinales testiculares. Esto posee gran relevancia fisiológica en relación a la forma física debido a que se corresponde con las características encontradas en muestras de semen humano obtenidas de individuos situados en grupos de sobrepeso y obesidad [3].
Estilo de vida y calidad seminal
Alcohol, tabaco, ejercicio físico, descanso y una alimentación adecuada son elementos con un impacto demostrado en la salud y el peso de un individuo, y por ende, tras numerosos estudios que lo cercioran, en la calidad seminal.
La práctica de un estilo de vida inadecuado ocasiona un aumento de la obesidad, alcanzando un 24,6 % de casos de obesidad masculina en España y un 68,5 % de sobrepeso. Como consecuencia, los afectados presentan mayor riesgo de presentar alteraciones en la concentración espermática y en la movilidad seminal. Además, se ha demostrado la existencia de una asociación entre la obesidad paterna y alteraciones en la metilación del DNA de sus hijos. Cantidad de estudios investigan esta variable y como la pérdida de peso y su mantenimiento en el tiempo modifican los parámetros seminales en varones con obesidad.
Uno de los ensayos más recientes se realizó con 215 hombres con un índice de masa corporal (IMC) de 32 a 43 kg/㎡ (normopeso 18,5- 24,99 kg/㎡) a los que se les sometió durante 8 semanas a una dieta baja en calorías (800 kcal/día) tras las cuales se hicieron 4 grupos de estudio para analizar los efectos del mantenimiento de la pérdida de peso sobre la calidad seminal: placebo más actividad habitual; grupo de ejercicio; liraglutida ( agonista del receptor GLP-1) y actividad habitual; liraglutida (agonista del receptor GLP-1) más ejercicio físico.
Se deben tomar muestras de semen tanto antes como después de las 8 semanas tras tres días de abstinencia sexual, para estudiar los parámetros seminales: la concentración de espermatozoides se analizó con un hemocitómetro Bürker-Türk y la motilidad se observó por microscopía en al menos 200 espermatozoides pudiendo ser móviles progresivos, móviles no progresivos e inmóviles. 16,5 kg fue el promedio de peso perdido por parte de los individuos y que hizo que su calidad seminal mejorará: aumentó la concentración espermática y disminuyó el recuento de espermatozoides inmóviles así como el número de hombres con oligospermia. [4]
Figura 1. Parámetros seminales antes (T0) y después (T1) de 8 semanas de pérdida de peso en varones con obesidad, analizados estadísticamente con la prueba t de Student. [4]
De la misma manera, se realizó un seguimiento de los 4 grupos que continuaron con la pérdida de peso y se observó un aumento en la concentración y el recuento de espermatozoides móviles, mientras que la motilidad no cambió.
Figura 2. Parámetros seminales después de la pérdida de peso sostenida en el tiempo. [4]
Por lo tanto, se confirma que la obesidad puede ser una de las causas de fertilidad masculina, asociándose con una mayor prevalencia de oligospermia la cual disminuye si se pierde peso y se mantiene en el tiempo. En otros estudios, se determinó que una dieta saludable reduce la fragmentación del ADN de los espermatozoides y también produce mejoras en la motilidad progresiva.
Al examinar de manera más exacta el impacto de la dieta sobre la calidad seminal, se determina una menor concentración de espermatozoides al consumir alimentos procesados, carne roja, productos de soja, productos lácteos ricos en grasa, ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans… Sin embargo, el consumo de pescado, cereales, vegetales, frutas, antioxidantes, vitaminas se relaciona positivamente con calidad seminal. Actualmente, existen diversas dietas que un individuo puede seguir: vegetarianismo, veganismo, dieta mediterránea… y existen estudios que las relacionan con la calidad seminal. En el caso del vegetarianismo existe mucha controversia ya que numerosos ensayos exponen sus efectos positivos mientras que otros no aportan datos significativos. Recientemente, un estudio analizó a 474 hombres con dietas vegetarianas, veganas y ninguna de las dos para observar si existen cambios en la calidad del semen. Determinaron que los vegetarianos y los veganos tenían una concentración espermática y una movilidad menor. Además, en los individuos veganos se detectó un menor porcentaje de hiperactivación de los espermatozoides. La explicación que se propone en el estudio acusa a la mayor ingesta de productos de soja, característica de este tipo de dietas, los cuales son ricos en fitoestrógenos, de manera que podrían estar alterando la producción de hormonas masculinas y por ende, disminuyendo la concentración de testosterona lo cual dificultaría la espermatogénesis. [5]
Conclusiones
En conclusión, la infertilidad es un desafío que afecta a una considerable proporción de parejas en la actualidad y están siendo objeto de investigación tanto los factores femeninos como masculinos. El estrés oxidativo emerge como uno de los principales contribuyentes a la infertilidad, especialmente a través de la generación de ROS, lo cual se vincula estrechamente con un problema de salud global, la obesidad. Este aumento de estrés oxidativo aumenta el daño en el ADN espermático y compromete su función mitocondrial derivando en problemas de concentración y movilidad espermática. Se ha visto incluso cómo un cambio en el estilo de vida puede llegar a remitir estos parámetros y mejorarlos.
En resumen, la comprensión de cómo la actividad física, la obesidad y el estilo de vida afectan la calidad seminal proporciona perspectivas valiosas para abordar la infertilidad masculina. La adopción de hábitos saludables, incluyendo una dieta equilibrada y la práctica moderada de ejercicio, podría ser fundamental para mejorar la fertilidad masculina y, por ende, la salud reproductiva de las parejas.
Bibliografía:
[1]: Nassan, F. L., Chavarro, J. E., & Tanrikut, C. (2018). Diet and men's fertility: does diet affect sperm quality?. Fertility and sterility, 110(4), 570–577. https://doi.org/10.1016/j.fertnstert.2018.05.025
[2]: Matorras, R., Navarro, A., Ramos, D., Malaina, I., Irazusta, J., Vendrell, A., Fernandez, A., Ferrando, M., & Quintana, F. (2022). Physical activity and sperm quality: influence in sperm donors. Reproductive biology and endocrinology : RB&E, 20(1), 83. https://doi.org/10.1186/s12958-022-00946-x
[3]: Jing, J., Peng, Y., Fan, W., Han, S., Peng, Q., Xue, C., Qin, X., Liu, Y., & Ding, Z. (2023). Obesity-induced oxidative stress and mitochondrial dysfunction negatively affect sperm quality. FEBS open bio, 13(4), 763–778. https://doi.org/10.1002/2211-5463.13589
[4] Andersen, E., Juhl, C. R., Kjøller, E. T., Lundgren, J. R., Janus, C., Dehestani, Y., Saupstad, M., Ingerslev, L. R., Duun, O. M., Jensen, S. B. K., Holst, J. J., Stallknecht, B. M., Madsbad, S., Torekov, S. S., & Barrès, R. (2022). Sperm count is increased by diet-induced weight loss and maintained by exercise or GLP-1 analogue treatment: a randomized controlled trial. Human reproduction (Oxford, England), 37(7), 1414–1422. https://doi.org/10.1093/humrep/deac096
[5] Gómez Gutiérrez, A. M., Gómez Ramírez, B. D., & Cardona Maya, W.D. (2020). ¿Tienen los hábitos de vida y de alimentación impacto en la calidad seminal? Revista Urología Colombiana/ Colombian Urology Journal, 29(02), 103-110. https://doi.org/10.1055/s-0039-3402485
En general, es más correcto que el divulgativo. Tenéis que trabajar más en la adaptación al otro estilo, son demasiado similares (el divulgativo debería ser menos rígido sin perder rigor y más amigable a un rango más amplio de lectores; pensad que estáis escribiendo, por ejemplo, para pacientes de una clínica).
ResponderEliminarDeberíais darle un repaso. Haría falta consolidar el texto, en muchos sitios se percibe demasiado calcado del original (corta-pega en bloques, sin relación entre ellos; de hecho, tenéis errores en el formato típicos de pegar directamente), con poco trabajo en dar vuestra visión personal del tema y procesar la información desde vuestro punto de vista; modificar algunas expresiones coloquiales del registro hablado, que no proceden en un texto escrito, el uso de elipsis (..., no se deberían usar).
Uno de los problemas que debéis resolver es cuando habláis de "varios autores" y no citáis los trabajos. Este es el científico, por lo que podéis añadir más referencias. Siempre que habléis de distintos trabajos, debéis buscar y añadir la cita primaria.
Sobre las figuras, son correctas, pero si creéis que son relevantes tenéis que citarlas en el texto y el pie debe describirlas completamente.
Ponéis varias abreviaturas, pero creo que no son necesarias y dificultan la lectura.
Está bien. Se podrían ampliar las fuentes y mejorar la redacción.
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