Beltrán González Tuñón, Sara Laucirica Reina y Denisa María Balan Stoian
Introducción
La infertilidad se refiere a la dificultad que tiene una pareja para quedar embarazada después de intentarlo durante un año.
Esto afecta a una de cada seis parejas en la actualidad y a pesar de que la mayoría de las investigaciones se han centrado en factores relacionados con las mujeres, se ha descubierto que en aproximadamente el 50% de los casos, la infertilidad se debe a problemas en los hombres. Nassan y col. (2028) sugieren que la calidad del semen ha disminuido en países más desarrollados debido a cambios en la alimentación, el aumento de la obesidad y la forma física.
Sabemos que la actividad física tiene efectos positivos en la salud, incluyendo beneficios para la presión arterial, problemas relacionados con la salud del corazón y la obesidad, con la posibilidad de alargar la vida entre 6 y 7 años... Centrándonos en el contexto de la fertilidad, se promueven hábitos saludables como mantener un peso adecuado y evitar el consumo excesivo de tabaco y alcohol, ya que estos afectan la salud reproductiva tanto en hombres como en mujeres. Sin embargo, en cuanto a la actividad física, hay algunas contradicciones: el exceso de ejercicio se ha asociado con la falta de menstruación en las mujeres, pero aún no está claro si afecta directamente a la capacidad de tener descendencia. Por otro lado, hay investigadores que dicen que la falta de actividad física puede deteriorar la calidad del esperma, mientras que otros la relacionan directamente con niveles altos de actividad física, y otros no encuentran ninguna conexión.
Matorras y col. (2022) han propuesto algunos mecanismos que podrían explicar la relación entre la actividad física y la calidad del semen. Por ejemplo, el ejercicio regular podría aumentar unas proteínas complejas que tenemos en nuestro cuerpo, disminuyendo la formación de unas moléculas que pueden dañar nuestras células. Sin embargo, el exceso de actividad física intensa podría causar un desequilibrio entre los niveles de moléculas que producen daño (ROS) y las proteínas que nos defienden de ello, llamadas enzimas antioxidantes.
Por otro lado, otro factor importante es la obesidad. Se trata de un problema metabólico que afecta a todo el cuerpo, esto quiere decir, que el cuerpo no es capaz de realizar las cosas de forma correcta con la comida que se ingiere. El metabolismo es lo que nos ayuda a quemar los alimentos que ingerimos, pero cuando esto no funciona bien, tenemos dificultades para usar y almacenar la comida de forma adecuada. Esto nos puede llevar a problemas como la obesidad, en la que el cuerpo acumula más grasa de la que necesita y por ello carga con mayor peso. Esto puede producir problemas de salud y además afectar a la hora de intentar tener hijos en los hombres ya que provoca disfunción eréctil, que es la incapacidad de un hombre a mantener una erección el tiempo suficiente como para mantener relaciones sexuales. Además, también se relaciona con niveles bajos de testosterona, que es una hormona que se encuentra en hombres y mujeres pero que en hombres tiene un papel importante. Esta es importante para el desarrollo de características sexuales masculinas como el vello corporal y facial o el desarrollo muscular, pero, además contribuye en la correcta producción de los espermatozoides. Los espermatozoides, son unas células que se encuentras en el cuerpo de los hombres cuya función es, tras las relaciones sexuales, llegar al óvulo de la mujer y fecundarlo para crear vida. Por ello, y como se indica en el trabajo de Jing y col. (2023), tener un peso muy superior al adecuado puede influir negativamente en la salud reproductiva de los hombres, de manera que será mucho más difícil lograr un embarazo.
Estrés oxidativo
El estrés oxidativo es una situación que se produce cuando hay un desequilibrio entre las moléculas que quieren dañar nuestro cuerpo y las proteínas que lo protegen y entre el 30 y el 80% de los casos de infertilidad masculina se deben a esto mismo.
Los espermatozoides son especialmente susceptibles a este tipo de estrés y cuando no hay moléculas que los protejan, pueden dañarse y modificarse, haciendo muy complicada su tarea de fecundar. Además, este proceso se retroalimenta de manera que cuando estas células están expuestas al daño, generan aún más moléculas creadoras más perjuicio. En resumen, el estrés oxidativo, a menudo potenciado por la obesidad, puede ser perjudicial para la calidad del esperma y, por lo tanto, influir en la capacidad de concebir.
Jing y col. (2020) han llevado a cabo estudios en animales a los que se les daba una alimentación alta en grasas y se estudiaban los niveles de moléculas dañinas que producían. A largo plazo, se vio cómo este tipo de dieta, típica en personas con obesidad, produce un aumento en la muerte de los espermatozoides, teniendo así un impacto significativo en la calidad del semen y por ello en la reproducción.
Estilo de vida y calidad seminal
Alcohol, tabaco, ejercicio físico, descanso y una alimentación adecuada son elementos con un impacto demostrado en la salud y el peso de un individuo, y por ende, tras numerosos estudios que lo cercioran, en la calidad seminal. La concentración, la movilidad y la morfología son parámetros representativos que se estudian para definir la calidad seminal y hacernos una idea de cómo debería de ser una muestra de semen sano capaz de producir un embarazo.
Por lo tanto, podemos indicar que la práctica de un estilo de vida inadecuado ocasiona un aumento de la obesidad, alcanzando un 24,6 % de casos de obesidad masculina en España y un 68,5 % de sobrepeso. Como consecuencia, los afectados presentan mayor riesgo de presentar una menor cantidad de espermatozoides y que estos sean de peor calidad, dificultando el proceso para lograr un embarazo. Además, se ha demostrado la existencia de una asociación entre la obesidad paterna y alteraciones en el DNA de sus hijos. Muchos científicos investigan esta variable y como la pérdida de peso y su mantenimiento en el tiempo modifican los parámetros seminales en varones con obesidad. El más reciente corresponde a Andersen y col. (2022), se realizó con 215 hombres con obesidad, a los que se les sometió durante 8 semanas a una dieta baja en calorías (800 kcal/día) tras las cuales se hicieron 4 grupos de estudio para analizar los efectos del mantenimiento de la pérdida de peso sobre la calidad seminal.
Se tomaron muestras de semen tanto antes como después de las 8 semanas tras tres días de abstinencia sexual. 16,5 kg fue el promedio de peso perdido por parte de los individuos y que hizo que su calidad seminal mejorará: aumentó la concentración espermática y disminuyó el recuento de espermatozoides inmóviles así como el número de hombres con oligospermia, es decir, con una concentración espermática inferior a 15 millones de espermatozoides por mililitro. De la misma manera, se realizó un seguimiento de los 4 grupos que continuaron con la pérdida de peso y se observó un aumento en la concentración y el recuento de espermatozoides, mientras que la motilidad no cambió.
Por lo tanto, se confirma que la obesidad puede ser una de las causas de fertilidad masculina, asociándose con una mayor prevalencia de oligospermia la cual disminuye si se pierde peso y se mantiene en el tiempo. Además, una dieta saludable reduce alteraciones en el ADN de los espermatozoides y también produce mejoras en la capacidad de los espermatozoides de moverse rápido, en línea recta hacia el ovocito para fecundarlo.
Al examinar de manera más exacta el impacto de la dieta sobre la calidad seminal, se determina una menor concentración de espermatozoides al consumir alimentos procesados, carne roja, productos de soja, productos lácteos ricos en grasa, ácidos grasos saturados, ácidos grasos trans… Sin embargo, el consumo de pescado, cereales, vegetales, frutas, antioxidantes, vitaminas se relaciona positivamente con calidad seminal. Actualmente, existen diversas dietas que un individuo puede seguir: vegetarianismo, veganismo, dieta mediterránea… y actualmente se relacionan con la calidad seminal. En el caso del vegetarianismo existe mucha controversia ya que numerosos ensayos exponen sus efectos positivos mientras que otros no aportan datos significativos. Recientemente Gómez Gutiérrez y col. (2020) realizaron un estudio en el que se analizó a 474 hombres con dietas vegetarianas, veganas y ninguna de las dos para observar si existen cambios en la calidad del semen.
Finalmente, estos determinaron que los vegetarianos y los veganos tenían menor cantidad de espermatozoides y los que tienen, se mueven peor. Además, en los individuos veganos se detectó un menor porcentaje de hiperactivación de los espermatozoides, es decir, menor cantidad de espermatozoides que realizan el paso previo fundamental para variar su movimiento y adquirir la capacidad de dirigirse al óvulo. La explicación que se propone en el estudio acusa a la mayor ingesta de productos de soja, característica de este tipo de dietas, los cuales son ricos en fitoestrógenos, de manera que podrían estar alterando la producción de hormonas masculinas y por ende, disminuyendo la concentración de testosterona lo cual dificultaría el proceso de formación de espermatozoides.
Conclusiones
En pocas palabras, la infertilidad es un problema que afecta a muchas parejas hoy en día, y los científicos están investigando tanto los factores en las mujeres como en los hombres. Uno de los problemas principales es el estrés oxidativo, que está relacionado con la obesidad, un problema de salud común en todo el mundo.
Este estrés oxidativo afecta a los espermatozoides, causando daño en su ADN y afectando su capacidad de moverse. Cambios en el estilo de vida, como hacer más ejercicio y llevar una dieta saludable, pueden mejorar la calidad de los espermatozoides. En resumen, entender cómo la actividad física, la obesidad y el estilo de vida influyen en la calidad de los espermatozoides nos da pistas importantes para tratar la infertilidad en los hombres. Adoptar hábitos saludables, como una buena dieta y ejercicio moderado, puede ser clave para mejorar la fertilidad masculina y la salud reproductiva de las parejas.
Bibliografía
Nassan, F. L., Chavarro, J. E., & Tanrikut, C. (2018). Diet and men's fertility: does diet affect sperm quality?. Fertility and sterility, 110(4), 570–577. https://doi.org/10.1016/j.fertnstert.2018.05.025
Matorras, R., Navarro, A., Ramos, D., Malaina, I., Irazusta, J., Vendrell, A., Fernandez, A., Ferrando, M., & Quintana, F. (2022). Physical activity and sperm quality: influence in sperm donors. Reproductive biology and endocrinology : RB&E, 20(1), 83. https://doi.org/10.1186/s12958-022-00946-x
Jing, J., Peng, Y., Fan, W., Han, S., Peng, Q., Xue, C., Qin, X., Liu, Y., & Ding, Z. (2023). Obesity-induced oxidative stress and mitochondrial dysfunction negatively affect sperm quality. FEBS open bio, 13(4), 763–778. https://doi.org/10.1002/2211-5463.13589
Andersen, E., Juhl, C. R., Kjøller, E. T., Lundgren, J. R., Janus, C., Dehestani, Y., Saupstad, M., Ingerslev, L. R., Duun, O. M., Jensen, S. B. K., Holst, J. J., Stallknecht, B. M., Madsbad, S., Torekov, S. S., & Barrès, R. (2022). Sperm count is increased by diet-induced weight loss and maintained by exercise or GLP-1 analogue treatment: a randomized controlled trial. Human reproduction (Oxford, England), 37(7), 1414–1422. https://doi.org/10.1093/humrep/deac096
Gómez Gutiérrez, A. M., Gómez Ramírez, B. D., & Cardona Maya, W.D. (2020). ¿Tienen los hábitos de vida y de alimentación impacto en la calidad seminal? Revista Urología Colombiana/ Colombian Urology Journal, 29(02), 103-110. https://doi.org/10.1055/s-0039-3402485
El contenido es correcto, tal vez organizarlo un poco mejor. Las distintas secciones son rígidas y les falta conexión.
ResponderEliminarRevisad el formato (arreglé el texto, pero desapareció el resaltado de encabezados, etc.).
En cuanto al texto, le falta fluidez para ser un artículo divulgativo. Necesita ser algo más accesible. Las referencias son correctas, pero las citáis demasiado académicamente. Mejor si habláis de los distintos trabajos de forma más personal (Andersen y col. (2022) indicaron sobre este tema que...), y citadlos cuanto antes, al principio y no al final del texto. En general, revisad el texto para que sea coherente en estilo, tiempos verbales y demás.
Una par de cosas más. El tipo de letra podría ser más grande, y el título más adaptado para ser divulgativo (y diferente al científico).
EliminarMucho mejor. El estilo podría ser un poco menos rígido para mejorar la accesibilidad, pero está bien documentado.
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