15 de diciembre de 2013

Calidad espermática, ¿Qué deberíamos tener en cuenta?


              Una de las mayores preocupaciones en las parejas del siglo XXI de la sociedad moderno-occidental es el ser padres. Hace unos 50 años nuestros abuelos vivían en un contexto socio-cultural y ambiental en el que parecían reproducirse sin ningún tipo de problema, siendo poco frecuente ver parejas con dificultades para traer un nuevo miembro a la familia. Sin embargo, la situación hoy en día es muy diferente. Las parejas actuales necesitan cada vez más recurrir a tratamientos de infertilidad, algo que parece ir en aumento.


       Existen gran cantidad de factores que podrían influir en nuestra capacidad para reproducirnos, pero si nos centramos en aquellos que afectan al hombre podemos destacar como principal causa la disminución de la calidad seminal. Esta calidad depende del número de espermatozoides por eyaculado, de lo rápido o lento que se muevan y del aspecto morfológico que presenten, entre otras muchas características, que son determinadas por los criterios establecidos según la Organización Mundial de la Salud. Si evaluamos cómo han ido variando dichos parámetros en las últimas décadas, podemos hacernos una idea de por qué parece haber una disminución de nuestra capacidad de obtener descendencia de forma “natural”. Estudios llevados a cabo en distintas clínicas de infertilidad y bancos de donación de semen en zonas geográficamente distantes, como Estados Unidos y Dinamarca, muestran datos que indican una tendencia negativa. Si comparamos los datos obtenidos sobre la calidad del semen en los años 40 en éstos países con respecto a los resultados de nuestros varones de hoy en día, vemos que los hombres que se consideraban como infértiles en aquella época, hoy serían considerados como fértiles y normales, e incluso sus datos de calidad seminal serían mejores que los que actualmente consideramos como óptimos a la hora de reproducirnos.
  

          Pero, ¿Por qué ha variado la calidad del semen? ¿Qué posibles factores pueden relacionarse con esto? Una de las causas principales parece ser el gran desarrollo de la industria durante los últimos cien años. Este avance ha supuesto un aumento en los niveles de sustancias tóxicas en el ambiente en el que vivimos, sustancias que no sólo aumentan el riesgo de padecer cáncer o enfermedades respiratorias, sino que también podrían afectar a nuestra capacidad reproductiva. Estos compuestos, llamados disruptores endocrinos, provocan cambios o alteraciones de los niveles normales de hormonas que son imprescindibles en la función reproductora, como la testosterona en el caso del hombre. Si ésta hormona se ve alterada de alguna forma, la producción de espermatozoides no sólo será menor, sino que éstos se moverán menos y presentarán formas alejadas de lo normal.
          
          Otro factor que parece influir en la fertilidad masculina son los hábitos de vida. Se ha visto que por ejemplo la cafeína, presente en el café que tomamos cada mañana o en el refresco que bebemos en una terraza, podría ser perjudicial para la calidad seminal si se ingiere en niveles muy elevados. Aunque debamos tenerlo en cuenta, los niveles a los que se producen estos efectos no son los del consumo habitual y también dependen de otros factores y hábitos de vida, por lo que no hay una relación clara causa-efecto. Otra posible causa podría ser el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas, aunque no hay resultados concluyentes sobre esto y necesitan realizarse más estudios.

          Por otro lado, la dieta, también podría estar relacionada con nuestra capacidad reproductiva. Se ha demostrado que aquellos hombres con índices de masa corporal muy elevados, relacionados con la obesidad, presentan menor movilidad y número de espermatozoides en el eyaculado. Todos estos efectos negativos podrían ser contrarrestados de alguna manera con el consumo habitual de vitaminas y antioxidantes así como por ejemplo hacer deporte de forma regular. Los hábitos de vida y los niveles de contaminación difieren mucho entre distintos lugares del mundo, lo que explicaría las diferencias obtenidas entre los valores de calidad seminal.
    
        Aunque no seamos conscientes, la forma de vestirnos también puede afectar a la calidad seminal. La producción de espermatozoides se produce a una temperatura inferior a la corporal y es precisamente por esto por lo que los testículos están fuera físicamente de nuestro cuerpo. Antiguamente, el hombre llevaba ropa más ancha que le permitía conservar una temperatura óptima para la producción espermática, sin embargo en la actualidad, la moda implica el uso de ropa más ajustada o ceñida, que produce un aumento de la temperatura genital y que dificulta que se alcancen las condiciones fisiológicas adecuadas para la producción de espermatozoides.
    
        Los avances tecnológicos nos benefician cada día haciéndonos la vida más fácil y cómoda. Pero su efecto no siempre es beneficioso y mucho menos en lo que a la reproducción se refiere: se ha visto que la exposición a las ondas electromagnéticas producidas por aparatos electrónicos y dispositivos inalámbricos, como teléfonos móviles, podría producir una disminución de la producción espermática y de la calidad seminal. Según esto, hábitos frecuentes como colocar el ordenador portátil sobre el regazo o el uso prolongado del teléfono móvil podrían afectar negativamente a la calidad espermática. El calor desprendido por estos dispositivos eleva la temperatura testicular, afectando a la producción de espermatozoides de forma que se generan menos y son menos móviles. Sin embargo, aunque debamos tenerlo presente, es difícil valorar la importancia que tienen estos efectos sobre el hombre, ya que los estudios han sido realizados sobre modelos animales y de momento no se pueden extrapolar estos resultados al ser humano.
     
         Pero, ¿esto cuándo comenzaría a afectarnos? Se ha visto que tales efectos negativos no comienzan a producirse en la edad adulta sino que ya durante la gestación podemos estar sufriendo alteraciones hormonales provocadas por la exposición de la madre a sustancias tóxicas o por su dieta. Tras el nacimiento, no quedamos libres de dichos peligros sino que en recientes estudios se ha demostrado que incluso los biberones o chupetes presentan sustancias que podrían interferir en nuestra producción hormonal y por lo tanto afectarían al correcto desarrollo sexual en la pubertad.

           En vista de esto, ¿qué podríamos hacer para mejorar la situación? Debemos tomar conciencia de que la reproducción se podría ver afectada por muchos factores que están presentes en nuestra vida cotidiana y que está en nuestra mano cambiar, como por ejemplo llevar una dieta sana y equilibrada, y no abusar de drogas como el alcohol o el tabaco. Debemos tener en cuenta que los estudios de los que disponemos fueron realizados en un contexto social y ambiental diferente, y con distintos objetivos, además de que los resultados en ocasiones son contradictorios entre sí. Por ejemplo, un estudio llevado a cabo en Dinamarca muestra una mejoría en la calidad seminal en los últimos 15 años. Por ello, es necesario realizar más análisis que permitan obtener resultados concluyentes.


Bibliografía

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Autores

López Ayala, Juan Antonio
Molinero García, Natalia
Vergaro Varela, Paula

2 comentarios:

  1. Habéis presentado una serie de posibles causas para el declive de la fertilidad masculina. No obstante, veo el artículo demasiado sensacionalista.

    Además, debéis ponerlo en contexto. Los estudios se refieren a países desarrollados en los que, obviamente, ha habido un seguimiento desde el inicio de las técnicas de reproducción asistida. Contextualizad en primer lugar, indicando que el artículo se refiere al estilo de vida moderno-occidental.

    Ponedme alguna palabra clave en las etiquetas. Citad los estudios cuando os refiráis a ellos.

    En general, debéis ser cuidadosos y no exagerar. Por ejemplo, en una revisión reciente (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20662712) se dice:
    "cigarette smoking is strongly associated with adverse reproductive outcomes, high-level exposures to other lifestyle factors are only weakly linked with negative fertility impacts… there is no compelling evidence that environmental contaminants… have any effect… on reproductive health…"

    Sobre la cafeína (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/20859803):
    "moderate daily caffeine consumption... do not seem to be associated with adverse effects".
    Esos niveles equivalen a más de 4 L de Coca-Cola, o a 5-6 tazas de café expreso (el que tiene mayor concentración). Jensen y col. hablan de >800 mg por día, que nos aleja mucho más de estos niveles, y advierten "Alternatively, the less healthy lifestyle of these men may explain these findings.". Así, la frase "Se ha demostrado que por ejemplo la cafeína, presente en el café que tomamos cada mañana o en el refresco que bebemos en una terraza, es perjudicial para la calidad seminal si se ingiere en niveles muy elevados." es innecesariamente alarmista (a pesar de la aclaración posterior). Es muy improbable que ese café matutino o el refresco tengan efectos negativos para la mayor parte de la gente. Hay que cuidar mucho el estilo para evitar ser sensacionalistas.

    La frase "Los teléfonos móviles causan efectos aún más intensos y las pruebas son más concluyentes, aumentando el riesgo de infertilidad." es falsa. Los estudios son muy contradictorios y, aunque hay algunos que apuntan más claramente a algún efecto, es muy difícil por ahora establecer la importancia de ese efecto respecto a otros factores. El único artículo que citáis es de un autor con una buena trayectoria (Agarwal), pero publicado en una revista de reputación bastante dudosa. E incluso los autores advierten "Evidences… come from designed animal and in vitro studies which may be different from in vivo human exposure." Revisad el último apartado del artículo, en el cual el tono se modera considerablemente. De todas maneras, caen en el error de considerar como real la "electrosensitividad" (un transtorno psicológico, cuyos síntomas se deben realmente a la somatización de la ansiedad del individuo que cree que está sometido a campos electromagnéticos).

    En general, el artículo es bastante completo, pero deberíais revisar la bibliografía y modular el estilo y el contenido del artículo. Por ejemplo, Jorgensen y col. (el artículo más reciente y posiblemente uno de los mayores estudios que citáis) concluyen: "our large prospective study of men of the general population supports previous suggestions of a temporal decrease in semen quality, but it also indicated a recent small increase in sperm concentration and total sperm count."

    Es decir, al menos en Dinamarca ha habido una mejora en los últimos años, que no se corresponde con el tono excesivamente alarmista del artículo. Deberíais empezar modificando el subtítulo (no tenemos información sobre nuestros abuelos, el mayor o menor número de hijos depende en mayor medida de factores socioeconómicos, en sus tiempos las técnicas de reproducción asistida apenas existían). La última frase "¿Es este el fin de la reproducción natural tal y como la conocíamos?" es claramente sensacionalista, y es lo que debemos evitar al divulgar.

    En conclusión, revisad a fondo el artículo y sed coherentes con la información disponible.

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  2. Ya hemos realizado las modificaciones siguiendo mas o menos lo que nos comentaste.Hemos intentado darle un tono mas suave y ser mas correctos en algunos aspectos como por ejemplo el de la cafeina.Esperamos que ahora haya mejorado,aun asi si hubiese algun error mas haznoslo saber y lo revisaremos.

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