La selección de un toro adquiere una
importancia económica trascendental en la explotación ganadera, ya que de él va
a depender, en gran medida, el número de crías nacidas en la granja. Esta
selección es un importante elemento económico porque va a tener un mayor
impacto en la rentabilidad que otros factores, como pueden ser: el crecimiento
de los terneros, la eficiencia alimentaria o la condición corporal de los
animales.
Los problemas de subfertilidad que pueden
afectar a un toro van a acarrear una serie de consecuencias negativas para la
viabilidad de la explotación como pueden ser el aumento en el intervalo entre
partos, menor peso al nacimiento y mayor porcentaje de vacas desechadas cuando
el fallo está en el macho.
Una buena selección es importante para detectar
y descartar aquellos toros que, aunque lleguen a preñar alguna vaca, tienen
fertilidad reducida porque sólo van a dejar gestantes a vacas en momentos
puntuales.
Tradicionalmente se ha evaluado la capacidad
reproductiva de un macho en función del porcentaje de hembras gestantes. Se
debe ir más allá para lograr una selección adecuada, teniendo en cuenta más
factores, y adelantándonos en la evaluación sin esperar a que el toro cubra
hembras. Así se logran reducir posibles pérdidas si no es un buen semental,
ahorrando en gastos de alimentación, mano de obra, etc., evitando mantener
animales improductivos.
Los momentos más
indicados para evaluar a los toros serían antes de comenzar la estación
reproductiva y antes de la compra del ejemplar.
¿En qué hay que fijarse para
seleccionar el toro?
La capacidad reproductiva va a estar influida
por un buen estado general físico y por la calidad del semen, por lo que es
importante recurrir a la ayuda de un profesional a la hora de seleccionar un
buen ejemplar.
El toro tendrá que cumplir unos requisitos
mínimos como son: un buen estado de salud general, buena conformación y
condición corporal, tamaño propio para su edad y buena movilidad. Es muy
importante que los animales no tengan cojeras ni mala conformación de patas
porque limitan su capacidad de monta.
La primera evaluación debe hacerse en la
pubertad, observando, principalmente, el desarrollo testicular. Lo primero que
hay que tener en cuenta es que los testículos hayan descendido, y una vez que
comprobemos esto, mirar que el tamaño es adecuado. Con esto, se logra hacer una
primera criba de animales no aptos, pero no va a ser definitiva para los que
cumplan estas primeras condiciones.
Una vez que cumplen el año de edad se vuelven a
evaluar, mirando que el tamaño de escroto y testículos siga siendo el
recomendado para su edad y además, comprobando que no haya cicatrices u otras
patologías a este nivel. El diámetro de la bolsa escrotal está relacionado con
el tamaño y peso de los testículos y, por lo tanto, con la producción diaria de
espermatozoides. En cuanto al pene y al prepucio hay que descartar la presencia
de sangre o exudados que indiquen daños a este nivel. Se suelen estudiar en el
momento de recolección del semen. También se estudia por primera vez la calidad
seminal. A esta edad es importante además realizar un examen de los órganos reproductores internos, que hará el veterinario mediante una palpación rectal. Menos del 50%
de los animales pasarán esta prueba si se aplican los criterios de evaluación
con rigurosidad.
En cuanto a la calidad seminal, un experto
evaluará una muestra de semen. Los factores básicos a examinar serán el volumen
de eyaculado, la concentración de espermatozoides y su movilidad y morfología.
¿Qué problemas se pueden
encontrar si no se realiza un examen al futuro semental?
Un fallo frecuente
es el de seleccionar al toro “más guapo”, sin realizar los exámenes que hemos mencionado anteriormente y que
determinarán una buena o mala capacidad reproductiva. Guiarse sólo por la
belleza puede dar alguna que otra sorpresa.
Un ejemplo curioso
que hemos encontrado navegando por la red fue lo que ocurrió en febrero de 2009
en México, donde una ganadera compró a un vecino un supuesto toro semental con
buena estampa. Hizo una gran inversión para después comprobar que el toro no
dejaba preñadas a sus vacas. Este caso
se llevó a los tribunales, donde la compradora denunció a su vecino por fraude.
Fue tan llamativo, que la fiscalía acusó
al toro de ser gay y “salir del armario” al llegar a la explotación de la
compradora.
Con este caso lo que se ve es la importancia de realizar los
exámenes previos, ya que comprar un toro requiere una gran inversión como para
no obtener después buenos resultados.
Aquí en España es muy común acudir a ferias de
ganado para comprar reproductores para la explotación. Lo normal es que estos
ejemplares sean aptos porque ya han sido seleccionados por las asociaciones de
la raza a la que pertenecen. De todos modos, no está de más que el comprador
haga un examen alternativo para asegurar que el toro tenga una buena aptitud
reproductiva.
A modo de conclusión, intentaremos responder a
la pregunta formulada al principio ¿será este toro un buen padre? Es
recomendable que se realice siempre un estudio detallado de los terneros de la ganadería
que se vayan a dejar como sementales o de los machos que se vayan a comprar
para incluir en la explotación como futuros reproductores. Esto se ve justificado
por la gran inversión que requieren la compra o la cría de un macho y el
impacto económico sobre los beneficios que tienen a largo plazo, haciendo la explotación
menos rentable. La estructura de los rebaños hace que haya un macho para un
alto número de vacas. Por tanto, si un toro falla se multiplica este fallo por
el número de vacas. También es recomendable que se tenga un mayor número de
reproductores respecto al número de vacas a servir, para no jugarse el futuro
de la explotación a una sola carta.
Tradicionalmente
se han achacado los problemas reproductivos de los rebaños a las hembras. Todos
los motivos explicados anteriormente hacen que haya que concienciarse y darle
más importancia a los reproductores de la explotación. La reproducción es un
pilar clave de las ganaderías y se le debe dar la importancia que merece,
asumiendo que en ocasiones el origen de los problemas puede estar en los
machos.
Bibliografía
John P.
Kastelic, Jacob C. Thundathil, Leonardo F. C. Britoc. Bull BSE and semen analysis for predicting bull fertility. Proceedings of the Society for Theriogenology
2012 Annual Conference.
Apuntes de
asignatura Producción Animal de 5º de Veterinaria. Facultad de Veterinaria,
Universidad de Córdoba.
Apuntes de asignatura Reproducción y
Obstetricia Animal de 5º de Veterinaria. Facultad de Veterinaria, Universidad
Complutense de Madrid.
Autores
María Barros San Cristóbal
José Daniel Jiménez Calderón
Alicia Román Trufero
Bien escrito y con información correcta y presentada de manera amena. A ver si podéis incluir algún enlace a las fuentes allí donde os refiráis a una publicación concreta.
ResponderEliminarCuando decís "un examen de los órganos internos, que hará el veterinario mediante una palpación rectal", os referís a los del aparato reproductor, ¿verdad? Deberíais especificarlo.
Hola, Felipe. En cuanto al enlace de la noticia, no lo incluimos porque cuando buscamos la información, nos llevó a una página de facebook. Luego buscamos la noticia en el periódico en la que se publicó, pero la hemeroteca daba error, por eso no pusimos el enlace.
ResponderEliminarEn cuanto al examen de órganos internos sí que nos referimos a órganos del aparato reproductor, ahora modificamos el texto y lo aclaramos.
Me refería a las publicaciones en general, es decir, si en algún sitio os referís a algo concreto que visteis en el artículo de Kastelic, en los apuntes, etc., que lo citáseis.
ResponderEliminarSobre el periódico, he encontrado esta dirección, ¿os referíais a esto?
http://www.periodicoexpress.com.mx/nota.php?id=273031