¿Eres mujer, estás cansada de tomar anticonceptivos hormonales y preferirías que por una vez fuese él quien se preocupara? ¿Eres hombre y detestas los profilácticos habituales? Si la respuesta es sí, ¡tranquilo! La anticoncepción masculina no hormonal es la solución a tus problemas.
Probablemente
todo el mundo (y eso incluye a los ya más de 7200 millones de personas del
planeta) sabe que un embarazo no deseado es siempre una mala noticia. De hecho,
en Estados Unidos las gestaciones no buscadas llevan a que se produzcan ¡más de
1 millón de abortos anuales!
En el campo de
la anticoncepción las mujeres han llevado siempre la voz cantante. Pero ahora le
ha llegado el turno al hombre: Los investigadores parecen haberse dado cuenta
de que la reproducción es cosa de dos, y de hace un tiempo a esta parte han
venido buscando avances para generar anticonceptivos masculinos. Aunque,
obviamente, no es tan fácil como parece, ya que cualquier anticonceptivo debe
cumplir 3 requisitos básicos: Ser seguro, eficaz y, sobre todo, reversible.
Los primeros
intentos apuntaron a la anticoncepción hormonal (algo similar a la píldora
anticonceptiva femenina), tratando de interrumpir el eje
hipotálamo-hipófisis-testículo, que controla la espermatogénesis. Sin embargo,
y aunque al principio parecía que todo iba viento en popa, pronto aparecieron
efectos secundarios (como el aumento del tamaño de la próstata) que supusieron
una importante traba en el desarrollo de este tipo de anticonceptivos.
Por eso, para
evitar los efectos secundarios, empezaron a buscarse otras alternativas de
anticoncepción no hormonal. ¿Quieres conocer las dos que más nos han llamado la atención? ¡Sigue
leyendo!
·
Las
vacunas anticonceptivas:
Dicho de forma simple, una vacuna no es más que una
solución que contiene un antígeno, es decir, una molécula que es capaz de
generar una respuesta inmune en nuestro organismo. Así, sintetizamos
anticuerpos para identificar esa molécula y destruirla. La idea que hay detrás
de las vacunas anticonceptivas consiste en buscar moléculas presentes en la
membrana de los espermatozoides e introducirlas en el organismo masculino. De
esa forma, si un chico se vacuna sintetizará anticuerpos contra sus propios
espermatozoides y los secretará en el plasma seminal, lo cual evitará que su
semen sea capaz de fecundar el ovocito de su compañera.
Pero como siempre, nada es tan fácil como parece a
simple vista. Y es que no cualquier molécula puede servirnos como antígeno: si
seleccionamos una molécula que no solo se exprese en la membrana del
espermatozoide, sino también en otro órgano del cuerpo, el sistema inmunitario atacaría
también ese órgano no diana causando nefastas consecuencias. Por ello, varios
científicos han investigado mucho para buscar moléculas específicas de los
espermatozoides, y han encontrado varias, como las proteínas CatSper o SAGA-1.(leer más)
Esto es precisamente lo que hicieron O’Rand y sus
colaboradores, según un artículo publicado en la revista Science (leer más). Este grupo de investigación seleccionó una proteína espermática llamada eppina. Para
averiguar si dicha proteína sería útil en la anticoncepción, realizaron un
experimento con macaco de la especie Macaca
radiata. Tenían dos grupos de monos, y a unos les inyectaron eppina (grupo
experimental) y a otros no (grupo control). Luego dejaron aparearse a cada
macho con 3 hembras diferentes durante un tiempo determinado, y vieron si eran
capaces o no de dejarlas preñadas. Los
investigadores pudieron comprobar cómo solo los monos del grupo control
pudieron procrear, mientras que los machos vacunados eran 100% estériles.
Seguramente a estas alturas te estarás preguntando
“Pero si destruyo mis espermatozoides… ¿qué pasa si luego me arrepiento?” No te
preocupes, O’Rand también pensó en ello, y reportó que el 71% de los monos del grupo experimental recuperó la fertilidad al dejar de ser vacunados. (Sí, sabemos que no es el 100%... pero
no negarás que es un resultado muy esperanzador para empezar).
·
Los
fármacos anticonceptivos derivados del fármaco Lonidamina:
El
descubrimiento de la capacidad anticonceptiva de la Lonidamina fue, al igual
que muchos otros inventos geniales en la historia (como la penicilina, sin ir
más lejos), una afortunada serendipia.
Resultó ser que unos investigadores que estudiaban el uso de la Lonidamina como anticancerígeno descubrieron su capacidad para romper las
uniones entre las espermatogonias (que son las células precursoras de los
espermatozoides) y las llamadas células de Sertoli (unas células que actúan
como nodrizas de los espermatozoides en desarrollo). Y cuando dichas uniones se
rompen, los espermatozoides no pueden desarrollarse adecuadamente (con lo que
el hombre en cuestión sería estéril).
A la vista de ello, se creyó que la Lonidamina
sería un anticonceptivo excelente. Pero
desgraciadamente cuando se aplicó en experimentos se comprobó que existían
numerosos efectos secundarios muy poco deseables (como vómitos, dolor muscular
y testicular, daños hepáticos…) y que hacían poco realista el uso de la
lonidamina como tal. Por lo tanto, se hizo necesario obtener sustancias
derivadas de ella que redujesen dichos efectos indeseables. Y así fue como
surgieron la adjudina, el gamendazol o el BDC-4022, que han demostrado ser
efectivos en rata, perro, conejo y mono (leer más).
El beneficio
principal que aportaban estos derivados era que seguían manteniendo la misma
capacidad anticonceptiva de la Lonidamina,
pero además no tenían ningún efecto secundario, ni afectaban a los niveles de
testosterona. Lo que significa que los hombres pueden seguir manteniendo su líbido.
El único inconveniente de estos fármacos es… Su precio. Y es que al tratar de
mejorar su seguridad el proceso se encarece en exceso, por lo que de momento
todavía no es una opción asumible para los bolsillos.
Para resumir,
parece que la comunidad científica tiene mucho interés en el desarrollo de
nuevos métodos de anticoncepción destinados a los hombres, quienes a día de hoy
tienen muy pocas opciones disponibles. La inversión de recursos para este fin
está justificada no solo por el
vertiginoso aumento de los embarazos no deseados, sino también como una forma
de dividir la responsabilidad de la planificación familiar entre la parte
femenina y masculina de la pareja. A día de hoy hay varios frentes abiertos,
entre los que destacan las vacunas anticonceptivas (que parecen muy efectivas
en primates) y los fármacos anticonceptivos (que también han sido eficaces en
varias especies animales). Si bien es cierto que aún falta bastante camino por
recorrer, parece que los anticonceptivos no hormonales masculinos podrían ser
una realidad en un futuro no tan lejano.
¡Ah! Y por último, por si no te hemos convencido y crees que invertir en anticoncepción masculina es como sembrar en tierra yerma: No olvides que los hombres no son los únicos machos del reino animal, de modo que los avances que se consigan en la anticoncepción "para ellos" podrían también ser aplicados en otros ámbitos. Por ejemplo, en el control de esas molestas plagas de topillos y otros mamíferos con elevada tasa de reproducción que tanto odian los agricultores... ¡Nada de Ciencia yerma por aquí!
¡Ah! Y por último, por si no te hemos convencido y crees que invertir en anticoncepción masculina es como sembrar en tierra yerma: No olvides que los hombres no son los únicos machos del reino animal, de modo que los avances que se consigan en la anticoncepción "para ellos" podrían también ser aplicados en otros ámbitos. Por ejemplo, en el control de esas molestas plagas de topillos y otros mamíferos con elevada tasa de reproducción que tanto odian los agricultores... ¡Nada de Ciencia yerma por aquí!
Bibliografía
1. http://www.un.org/en/development/desa/population/publications/pdf/development/pde_wallchart_2013.pdf [Internet]. [citado 4 de diciembre de 2013].
2. Krause WK, Naz RK. Immune Infertility: The Impact of Immune Reactions on Human Infertility. Springer; 2009.
3 Naz RK. Development of genetically engineered human sperm immunocontraceptives. Journal of reproductive immunology. 2009;83(1):145-50.
4. O’rand MG, Widgren EE, Sivashanmugam P, Richardson RT, Hall SH, French FS, et al. Reversible immunocontraception in male monkeys immunized with eppin. Science. 2004;306(5699):1189-90.
5. Moulana M, Lima R, Reckelhoff JF. Metabolic syndrome, androgens, and hypertension. Current hypertension reports. 2011;13(2):158-62.
6. Wang Z, Widgren EE, Richardson RT, Michael GO. Characterization of an eppin protein complex from human semen and spermatozoa. Biology of Reproduction. 2007;77(3):476-84.
7. Mok K-W, Mruk DD, Lie PP, Lui W-Y, Cheng CY. Adjudin, a potential male contraceptive, exerts its effects locally in the seminiferous epithelium of mammalian testes. Reproduction. 2011;141(5):571-80.
8. http://www.uniprot.org/uniprot/Q8NEC5.Cation channel sperm-associated protein 1 - Homo sapiens (Human) [Internet] [citado 5 de diciembre de 2013].
9. Nazari M, Mirshahi M, Mowla S-J, Bamdad T, Sarikhani S. Investigation In Vitro Expression of CatSper Sub Fragment followed by Production of Polyclonal Antibody: Potential Candidate for The Next Generation of Non Hormonal Contraceptive. Cell Journal (Yakhteh). 2012;14(3):215.
10. Norton EJ, Diekman AB, Westbrook VA, Flickinger CJ, Herr JC. RASA, a recombinant single-chain variable fragment (scFv) antibody directed against the human sperm surface: implications for novel contraceptives. Human Reproduction. 2001;16(9):1854-60.
11. Silva EJ, Hamil KG, Richardson RT, O’Rand MG. Characterization of EPPIN’s Semenogelin I Binding Site: A Contraceptive Drug Target 1. Biology of reproduction. 2012;87(3).
Autores:
Beatriz de Arriba Ruiz
Mª de los Ángeles de Pedro Muñoz
Marta Pérez Cabo
Máster en Biología y Tecnología de la Reproducción
Universidad de Oviedo 2012-2013
En general, está bastante bien. Podéis poner que M. mulata es un macaco, e incluir algún otro enlace que lleve a las referencias de la bibliografía.
ResponderEliminarYa hemos realizado las modificaciones que nos has indicado, esperamos que te guste
ResponderEliminarMuy bien.
ResponderEliminar