El Síndrome
de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) es una enfermedad causada por el virus
del VIH que genera la destrucción del sistema inmunológico de quien la padece.
Hay tres posibles vías para su transmisión: la sexual, la sanguínea y la
vertical (de madres infectadas al feto).
La evolución
de la infección por VIH ha cambiado radicalmente en los últimos años llevando a
una mejor expectativa y calidad de vida de los pacientes, con incremento del
deseo de paternidad.
Desde su presentación inicial a principios de los años 80 hasta 1996,
la infección con el virus VIH llevaba irremediablemente al SIDA, el cual
desembocaba en una sentencia de muerte. La esperanza de vida después de ser
diagnosticados era de una media de 10 meses en 1987.
A causa de esta corta esperanza de vida, a los pacientes se les
recomendaba no tener hijos. Además, las parejas en las que solo uno de los
miembros estaba infectado (parejas serodiscordantes) tenían un alto riesgo de
transmisión horizontal del virus al miembro no infectado, o en el caso de ser
la mujer la infectada, de transmisión vertical al hijo.
Como consecuencia, estas parejas eran advertidas acerca del uso del
preservativo independientemente de si ya utilizaban otro método anticonceptivo.
Si aun así la mujer quedaba embarazada, se le recomendaba un aborto en el
primer trimestre.
En 1996, la introducción de los tratamientos antivirales de gran
actividad (TARGA), dio lugar a un espectacular incremento de la esperanza de vida,
supervivencia al SIDA y calidad de vida de las personas infectadas de VIH, ya
que han conseguido retrasar, e incluso evitar, la progresión del SIDA.
Hoy en día, más de la mitad de las personas VIH reactivas se encuentra
en edad reproductiva y la mayor prevalencia
de la infección se encuentra entre jóvenes de todos los niveles
socioeconómicos debido a la transmisión por vía sexual. Este hecho junto con
estos avances en el aumento de la expectativa y calidad de vida derivados de
los TARGA, han modificado el concepto de una enfermedad asociada a un rápido
desenlace, por el de una enfermedad de desarrollo crónico. Esto ha llevado a
hombres y mujeres a pensar nuevamente en la posibilidad de ser padres y a los
científicos en las herramientas necesarias para lograr el nacimiento de un bebé
sano.
Con este fin se
planteó una cuestión, ¿y si la calidad del semen estuviera también afectada por
el virus del VIH o por los TARGA utilizados para combatirla?
Comparando muestras de
semen procedentes de hombres seropositivos para VIH, con muestras de hombres
sanos no infectados por el virus, en el primer caso,
algunos autores han constatado cambios en el patrón de movilidad, menor volumen
de eyaculación y número total de espermatozoides, pero estudios posteriores no
hallaron diferencias significativas, las variaciones no eran suficientemente
marcadas para alterar gravemente la fertilidad. En cuanto a los tratamientos
retrovirales, estudios comparativos entre hombres que hacen o no uso de ellos,
han demostrado que tampoco influyen en la calidad del semen.
Una forma indirecta de
valorar la calidad del semen es mediante la evaluación de los embriones de él
obtenidos. Experimentos en esta dirección concluyeron que la infección de VIH
en parejas serodiscordantes con el hombre infectado, no genera un impacto
significativamente negativo en el desarrollo del embrión.
Así que, teniendo en cuenta lo
expuesto hasta el momento, nos hacemos la gran pregunta, ¿qué opciones tendrían
las parejas serodiscordantes, en las que el hombre es VIH positivo y la mujer
es VIH negativo, para tener hijos?, estas opciones podrían ser:
- Adopción de un niño.
- Técnicas de reproducción asistida con
semen de donante seronegativo.
- Hijos biológicos. En este caso existen
diferentes alternativas aunque siempre con un riesgo potencial de transmisión
de la infección a la mujer y al niño. Entre las alternativas se encuentran:
- Concepción natural a través del coito
no protegido (con un riesgo de transmisión horizontal que oscila entre el 0,08%
y el 0,2%) o mediante el consejo dirigido (realización del coito sin protección
sólo en el momento de la ovulación) con un riesgo menor.
-
Lavado
de semen y reproducción asistida.
Esta última,
es una opción para aquellos hombres seropositivos con pareja estable no
portadora. Es la opción más segura y la que mayor interés podría suscitar entre los
hombres con esta enfermedad, ya que supone el poder tener hijos biológicos con
el menor riesgo de transmitir la infección.
Augusto
E. Semprini fue el precursor de esta técnica de lavado de semen. Publicó en el
año 1992 los primeros 29 casos de parejas serodiscordantes en las que se habían
realizado técnicas de reproducción asistida después del tratamiento del semen
con lavado seminal, de las cuales, 15 mujeres consiguieron llevar a término su
embarazo sin ninguna seroconversión. Este procedimiento causó un gran interés y
aumentó las esperanzas de muchas parejas que querían tener hijos sin el riesgo
de que la mujer o el niño se infectaran.
Es una
técnica de baja complejidad que asegura la reducción del riesgo de contagio.
Lo que con esta técnica se pretende,
es el procesamiento del semen. En éste, los espermatozoides móviles libres de
VIH que tengan una morfología normal, serán separados del plasma seminal y del
resto de las células no germinales presentes en el plasma.
Esto es posible gracias a la combinación
de dos técnicas que incluyen la centrifugación del semen con el fin de reducir
al máximo la posibilidad de transferencia del virus. Posteriormente, la fracción
de espermatozoides obtenida tras su separación del plasma seminal y el resto de
células se testa con el fin de obtener un resultado negativo para VIH y se usa
para diferentes técnicas de reproducción asistida.
Es decir, estamos hablando de una
buenísima noticia que hace años era impensable, ¡gracias a esta técnica se elimina tanto el plasma como
cualquier célula infecciosa presente en el semen, obteniendo así
espermatozoides útiles para tratamientos de reproducción asistida!
Bien es cierto que,
aunque este procedimiento se aproxima al 100% de efectividad, antes de
aplicarla hay que tener en cuenta la carga viral del paciente para evaluar si necesita
tratamiento previo o no. Y también es importante tener en cuenta que una carga
viral negativa en plasma sanguíneo, no siempre es indicativo de una carga viral
negativa en el semen.
Con
todo esto, en la actualidad gracias a los estudios realizados, este tipo de
tratamientos son un programa totalmente establecido en diferentes clínicas de
reproducción y países. Se han alcanzado cotas de seguridad prácticamente
definitivas, con unas probabilidades de éxito en la consecución de una
gestación muy elevadas.
Como
ya es más que conocido, el semen es un vehículo de transmisión de la infección
por VIH, aunque su presencia dentro del espermatozoide o en las células
germinales es controvertida. Existen
partidarios de la teoría de que el virus no se encuentra en los
espermatozoides, pero sí en el plasma seminal y en las células no espermáticas
(linfocitos y macrófagos), mientras que otros, dicen haber identificado el VIH
en los espermatozoides.
Los
partidarios de la técnica del lavado seminal se apoyan en la hipótesis de que el
virus no está presente en los espermatozoides. Éstos defienden la ausencia
total de partículas virales y ácidos nucleicos en el espermatozoide, demostrando
que la separación del fluido seminal y de células no espermáticas con la
técnica de lavado propuesta por Semprini en 1992, reduce los niveles virales
mediante detección por diversas técnicas. La gran cantidad de nacimientos
libres del VIH reportados hasta la actualidad gracias a esta técnica son la
demostración de esta teoría.
¿Qué te parece este gran avance médico?
Bibliografía:
- Lavado seminal en varones
seropositivos para el VIH ¿está todo resulto? Mª Carmen Galbis, José Remohí,
Antonio Pellicer, Nicolás Garrido. Revista Asebir. Junio 2012.
- Informe Técnico: Lavado de
semen en parejas VIH serodiscordantes para su uso en técnicas de reproducción
humana asistida. Agencia de Evaluación de Tecnologías e Investigaciones
Médicas. Septiembre 2004.
- Assisted reproductive technologies to establish
pregnacies in couples with an HIV-I-infected man. E. van Leeuwen, S. Repping, J.M. Prins, P. Reiss, F. van der Veen.
Septiembre 2009.
-http://fundacionrepro.org/ciencia-en-tu-vida/articulo-del-mes/ser-padres-y-portadores-de-vih/. Publicado: 26-Noviembre-2013. Consultado:
14-Diciembre-2013
- http://salud.facilisimo.com/blogs/hombre/nacimiento-de-hijos-sanos-de-padres-con-vih_553430.html. Consultado: 14-Diciembre-2013
Tania Fernández Navarro
Patricia Magadán Corpas
Máster en Biología y
Tecnología de la Reproducción 2013-2014
Buen artículo divulgativo. No entráis en la técnica en sí (podríais haberlo hecho), pero tampoco es necesario, ya que explicáis el contexto y los avances realizados muy bien.
ResponderEliminarCuidado con las comas. Por ejemplo:
"y calidad de vida de los pacientes con incremento del deseo de paternidad."
no es lo mismo que:
"y calidad de vida de los pacientes, con incremento del deseo de paternidad."
que creo que es lo que queréis decir.
Hay alguna coma que debería ser punto, etc. Revisad. En general, las únicas pegas son algunas frases que se leen un poco a trompicones por la puntuación. Cometéis un error muy frecuente, que es el separar sujeto y predicado por una coma sin necesidad (no hay complemento que lo requiera en medio). Otras frases son demasiado largas y requerirían un punto, en vez de coma.
Hola Felipe,
ResponderEliminarHemos revisado y modificado tanto la frase que nos indicas, como la puntuación en general del artículo, esperamos que ahora esté mejor. Si aun así no estuviera correcto haznoslo saber y le echamos otro vistazo.
También hemos agregado etiquetas como nos indicas en el otro artículo.
Creo que está bastante bien, buen trabajo.
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