Actualmente vivimos en una
sociedad donde la dieta y el aspecto físico tienen un papel protagónico en
nuestras vidas. Los modelos fitness y las comidas hipocalóricas son los
principales temas de conversación de muchos hombres jóvenes y adultos, pero:
¿Realmente se sabe el impacto de los ejercicios en exceso sobre la calidad
seminal?
Se sabe que el ejercicio diario moderado junto a una alimentación
balanceada está asociada con muchos beneficios sobre la salud, como disminuir el riesgo de la obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y
diferentes tipos de cáncer. La American
Heart Association recomienda mínimo 30 minutos diarios de ejercicio físico
moderado, sin embargo hay estudios que demuestran que los corredores de largas
distancias presentan bajos niveles de testosterona, así como el practicar
ciclismo está asociado con problemas genitourinarios, de hecho existen estudios
donde ciclistas profesionales muestran cambios en sus parámetros seminales:
muestran formas anormales y motilidad espermática reducida (Wise, L. et al. 2011).
Hipócrates hace ya más de 2000 años observó que las clases ricas del pueblo nómada de los Escitios presentaban un alto índice de impotencia frente a las clases pobres cuya mayor diferencia era el viaje constante a pie por parte de los pobres y a caballo los ricos. Hipócrates ya relacionó la impotencia con la presión constante en el períneo.
Infertilidad masculina: un problema en crecimiento
En las últimas décadas la calidad
seminal del hombre ha disminuido, el 15% de las parejas en edad reproductiva
presentan problemas de esterilidad, siendo el factor masculino asociado a
aproximadamente en un 50 % de estos casos (Tapia, S. 2012).
Las casusas de
infertilidad masculina pueden ser debidas tanto a factores del propio
individuo: congénitas, infecciosas, por patología urológica, trastornos inmunológicos
o genéticos (Teppa- Garran A. et al. 2004), como
a factores ambientales, que van desde exposición al calor, radiaciones
electromagnéticas y contaminantes ambientales que afectan al sistema endocrino
o factores propios del estilo de vida, como fumar, consumo de drogas o alcohol, el sedentarismo, y la
que es objeto de éste artículo: el ejercicio (Lalinde, P. et al. 2014).
¿Es el ejercicio físico malo?
Hay opiniones encontradas al respecto: diferentes estudios
donde no hay resultados significativos, y otros donde sí existe una relación
directa entre el tiempo e intensidad del ejercicio con los niveles hormonales y
los resultados de los parámetros del seminograma. Un grupo de investigadores
(Vaamonde y cols.) realizó un estudio en 3 grupos de sujetos: físicamente activos,
jugadores de water polo y triatletas.
Los triatletas tuvieron una menor calidad seminal en número de espermatozoides,
movilidad y formas anormales. Los waterpolistas tuvieron alguna alteración en
movilidad, pero el resto de parámetros normales.
Estos autores concluyeron que al aumentar la intensidad del ejercicio decrecía la calidad espermática, como el número total de espermatozoides, la concentración o los espermatozoides con buena movilidad, mientras que aumentaban las formas anormales (Vaamonde D. et al. 2009).
Estos autores concluyeron que al aumentar la intensidad del ejercicio decrecía la calidad espermática, como el número total de espermatozoides, la concentración o los espermatozoides con buena movilidad, mientras que aumentaban las formas anormales (Vaamonde D. et al. 2009).
Concretamente el aumento de la temperatura ha sido asociado con la práctica del ciclismo, concretamente con el uso de trajes de lycra ajustados durante periodos prologados ( Southorn, T. 2002). Hay estudios que han demostrado que la presión ejercida durante el uso de bicicletas en el perineo (específicamente debido a la forma del asiento), disminuye el flujo sanguíneo de la zona lo que reduce la tensión de oxígeno y puede provocar fibrosis en el pene, que posteriormente induce a que haya dificultad en lograr la erección (Schwarzer U. et al. 2002).
Otra investigación realizada en
Boston, Massachusetts, reunió a 2.261 hombres que acudían por problemas de
fertilidad a tres clínicas diferentes. Se le tomó muestras seminales, se les
aplicó una encuesta y se procedió a procesar sus muestras. Los resultados
indicaron que el ejercicio físico moderado no afecta a los parámetros
seminales. Sin embargo, aquellos individuos que practicaban ciclismo más de
cinco horas a la semana presentaron menor concentración espermática, así como
también menor concentración de espermatozoides móviles (Wise, L. et al. 2011).
Relación entre ejercicio y cáncer testicular
Así fue como lo denominó
el Premio Pulitzer, el Dr. Siddhartha Mukherjee. El cáncer es la enfermedad más
temida en todo el mundo. En hombres en edad reproductiva (de 25 a 34 años de
edad), el cáncer testicular es la neoplasia más común. Cada vez se identifican
más factores que podrían afectar al crecimiento celular o nuestro perfil
hormonal, a los que estamos expuestos en nuestro día a día, y son posibles
causales de dicho mal. Algún estudio ha apuntado a que determinados deportes
incrementarían la predisposición a cáncer testicular.
Es en los deportes en los que el aparato genital masculino esta en continua exposición a golpes y aumento de la presión y temperatura, como el ciclismo, el motociclismo o la equitación, en los que se ha buscado esa posible relación. Coldman A. et al. Ya en 1982 encontró una relación entre el ciclismo y la equitación con mayor predisposición a cáncer testicular (Coldman, A. et al. 1982).
Sin embargo existen otros estudios que relacionan el riesgo de cáncer testicular con un mayor sedentarismo y por tanto un ejercicio regular ejercería un efecto protector (Southorn T. 2002).
Sin embargo existen otros estudios que relacionan el riesgo de cáncer testicular con un mayor sedentarismo y por tanto un ejercicio regular ejercería un efecto protector (Southorn T. 2002).
Pero no hay muchos estudios y los resultados son encontrados, aunque hay evidencias convincentes de que la actividad física protege frente a algún tipo de cáncer, como el de colon o de mama. Sin embargo, el posible efecto protector en canceres urológicos esta menos estudiado (Wolin, K.Y. et al. 2012).
Por tanto, aunque el
ciclismo puede estar asociada con un mayor riesgo de cáncer testicular, ¿El efecto protector del ejercicio contra el cáncer
testicular puede reducir este riesgo o cancelarlo por completo?
Entonces, ¿Hacer ejercicio me puede provocar infertilidad y cáncer?
Los estudios que evalúan la relacionan el ejercicio y
la calidad del semen se limitan a tipos de actividad física concretos, siendo
difícil generalizar. Además, hay pocos estudios actuales que relacionen la
actividad física con un mayor riesgo de cáncer testicular, por lo que, hasta la
fecha, podemos afirmar que la actividad física regular es beneficiosa para la
salud en general, hasta cierto nivel. Cuando se sobrepasan los límites de
tiempo e intensidad, propio de deportistas de elite, en algún caso se podría
producir disminución de la calidad seminal.
BILBLIOGRAFIA
Coldman, A.J., Elwood, J.M., Gallagher, R.P. Sports Activities and Risk of testicular Cancer. Br. J. Cancer. 1982; 46: 749- 756.
Fernandez- Martos, B. Esterilidad y Deporte. Rev Iberoam Fertil Reprod Hum. XXIX Congreso nacional SEF. Granada 2012 ;29 (1): 81-88.
Lalinde, P.C., Mayorga, J.M., Cardona, W.D. Relación entre la actividad física, el sedentarismo y la calidad seminal. Rev Chil Obstet Ginecol 2014; 79(4): 323-329
Southorn, T .Great balls of fire and the vicious cycle: A study of the effects of cycling on male fertility. J Fam Plann Reprod Health Care 2002: 28(4)
Schwarzer, U., Wiegand, W., Bin-Saleh, A., Loetzerich, H., Kahrmann, G., Klotz, T., Engelmann, U. Genital numbness and impotence rate in long- distance cyclists. J Urol 1999;161(4):178
Tapia serrano, R. Una visión actual de la infertilidad masculina . Rev Mex Reprod. 2012; 4(3):103-109
Teppa-Garrán, A.D., Palacios-Torres, A. Evaluación actual de la infertilidad masculina. Investigación Clínica. 2004; 45(4):355-370.
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Wise, L.A., Cramer, D.W., Hornstein, D.M., Ashby, R.K. Physical activity and semen quality among men attending an infertility clinic. Fertility and Sterility . 2011;95(3): 1025-1030.
Autores
Hayvi Gonzalez Castro
Helena Casero Robles
Master en Biología y Tecnológia de la Reproducción. ( 2015-2016)