5 de enero de 2016

El impacto del estilo de vida sobre la calidad espermática

Durante las últimas décadas se ha discutido mucho acerca de los cambios en la calidad seminal a lo largo del tiempo. Se ha comprobado que ciertos factores relacionados con el estilo de vida influyen en la calidad seminal. Algunos de ellos son los siguientes: 

Estudios como los de Braga et al., (2012) permiten afirmar que tanto la calidad como la cantidad de alimento ingerido influyen en la calidad espermática. En el estudio de Chin-Yu Liu et al., (2015) llevado a cabo sobre 7282 hombres asiáticos se relacionó la calidad del semen con distintos tipos de alimentación. Se tomaron medidas corporales, se hizo una encuesta detallada sobre el tipo de alimentación que tenía cada individuo (se categorizó en dieta occidental, dieta rica en carbohidratos, dieta rica en azúcares, snacks y bebidas azucaradas y dieta rica en sodio) y se valoraron parámetros seminales como la concentración espermática, la motilidad total, la motilidad progresiva y la morfología. Los análisis estadísticos se realizaron con el test ANOVA. La dieta occidental resultó estar relacionada con una disminución en la concentración espermática y el número de espermatozoides de morfología normal, la dieta rica en azúcares y snacks se relacionó con una baja concentración seminal, la dieta rica en carbohidratos se relacionó con una prevalencia más alta de movilidad espermática anormal y con una menor motilidad progresiva y finalmente la dieta rica en sodio se relacionó con un mayor porcentaje de formas anormales.
Según el estudio de Safarinejad et al., (2012), la suplementación en la dieta con el ácido graso omega 3 eleva la actividad antioxidante en el testículo, incrementa el número de espermatozoides, su motilidad y su morfología. Los hombres con oligoastenozospermia idiopática se ven beneficiados con su consumo. Según Weaber et al., (2009), los ácidos grasos omega-3 y omega-6 son componentes estructurales de la membrana espermática y la relación ideal omega-6/ omega-3 es 1:1, pero en los últimos años debido a los cambios en la dieta, la relación ha aumentado a 25:1 e incluso hasta 40:1, lo que está relacionado con oligozospermia y astenozospermia en hombres. Conquer et al., (1999) demostraron que los hombres astenozoospermicos, tenían concentraciones disminuidas de ácido docosohexanoico y elevadas concentraciones de ácido oleico. Altman et al., (2012) demostraron que una mayor ingesta de ácido omega-3 está relacionada positivamente con la morfología espermática.
Estudios como los de Sekhavat et al., (2010), Aggerholm et al., (2008) y Qin et al., (2007) indican que tanto el sobrepeso como el bajo peso son factores de riesgo que disminuyen la calidad seminal. 

Estudios como los de Eisenberg et al., (2013) permiten afirmar que existe una clara relación entre el índice de masa corporal (IMC) y el perímetro de la cintura respecto al volumen de semen. El perímetro de la cintura se relaciona con una menor concentración de espermatozoides en el eyaculado. El índice de masa corporal elevado está relacionado con un menor volumen, una menor concentración de espermatozoides en el semen y con un bajo número de espermatozoides totales en el eyaculado (Eisenberg et al., 2013). 

Varios autores han defendido que existe una correlación inversa entre la edad y la motilidad espermática. Silva et al., (2012) han demostrado, en un estudio en el que se evaluaron a 975 hombres, la existencia de correlación entre edad avanzada y mala morfología espermática. 

Existe también una relación entre la calidad espermática y la frecuencia de eyaculación, como se demuestra en estudios como el desarrollado por Oldereid et al., (1992) en el cual se observó que existía una correlación positiva entre la frecuencia de eyaculación y motilidad espermática, y una correlación negativa con el porcentaje de espermatozoides morfológicamente anormales y con el volumen seminal. 

El alcohol, el tabaco y el café son consideradas sustancias capaces de causar daño espermático. Se ha demostrado en varios estudios la relación que existe entre el consumo de altas dosis de cafeína (>800 mg/día) y la calidad seminal. Un ejemplo de estos estudios es el llevado a cabo por Jensen et al., (2004), en el que se observó que el consumo de elevadas dosis de cafeína (>800 mg/día) provocaba una disminución de la concentración espermática. El estudio llevado a cabo por Yang et al., (2015) permite afirmar que el consumo de café está relacionado con un incremento en la motilidad progresiva y no progresiva de un 8.9 %  y un 15.4 % respectivamente en sujetos que consumen 1-2 tazas a la semana y más de 3 tazas a la semana respectivamente.
Varias son también las publicaciones que describen los efectos adversos del tabaco en relación a la calidad espermática (trabajos como el de Mitra et al., (2012), Selit et al., (2012) o Saleh et al., (2002), entre otros). El consumo de altas dosis de nicotina (más de 41 cigarros al día) provoca alteraciones en la circulación sanguínea y en los niveles hormonales, aumento del estrés oxidativo, fragmentación del ADN y aberraciones cromosómicas. Todo ello desemboca en un aumento del daño espermático. 
En otro estudio llevado a cabo por Gaur et al., (2007) se valoraron los efectos del tabaco sobre la calidad seminal. Para ello no se compararon fumadores con individuos fértiles sanos, ya que se pretendió excluir cualquier factor de origen desconocido presente en los hombres infértiles. Se midieron parámetros como tiempo de licuefacción, volumen, viscosidad, teratozoospermia, aglutinación, motilidad, viabilidad, densidad, tomando como referencia los valores de la OMS (organización mundial de la salud). El estudio se realizó sobre 100 fumadores (categorizados en fumadores leves (entre 1 y 20 cigarros al día), fumadores medios (entre 21 y 40 cigarros al día) y fumadores compulsivos (más de 41 cigarros al día)) y 100 no fumadores y el resultado fue el siguiente. El 39% de los individuos no fumadores presentaban normozoospermia, mientras que tan solo el 3% de los fumadores lo eran. Los sujetos que fueron clasificados como fumadores leves mostraron predominantemente astenozoospermia, lo que indica que este parámetro puede ser un indicador temprano en la reducción de la calidad seminal; los fumadores intensivos mostraban astenozoospermia, teratozoospermia y oligozoospermia. Por otra parte, los sujetos fumadores mostraron una gran reducción en el volumen seminal, mientras que en los no fumadores el volumen eyaculado mostró resultados dentro de la normalidad (según los criterios de la OMS). Además la reducción en el volumen fue proporcional al número de cigarros fumados al día. 

El estrés o la depresión actúan como factores que podrían influir negativamente en la calidad del semen debido a las alteraciones hormonales que provocan. En modelos animales ésta influencia está demostrada; sin embargo, en estudios en humanos se han obtenido resultados muy controvertidos (Eskiocak et al., 2006; Eskiocak et al., 2005; Hjollund et al., 2004). 

El utilizar ropa interior ajustada parece que también podría estar afectando la calidad espermática. Resultados como los de la investigación llevada a cabo por Sanger y Friman (1990) muestran que los parámetros seminales disminuyen cuando se utiliza ropa interior apretada. 

Con respecto al estudio sobre cómo la actividad deportiva afecta a la calidad seminal, nos encontramos con estas conclusiones: 
En un estudio desarrolloado por Arce y De Souza, (1993) se estudia la calidad del semen de forma comparada en un grupo de corredores (deporte de resistencia) frente a un grupo de varones que realiza entrenamiento con pesas y se observa que la densidad, motilidad y morfología seminales se muestran alteradas en el grupo de corredores. 
En otro estudio llevado a cabo por Gebreegziabher et al., (2004) se comparó la calidad espermática (medida como volumen de semen, número de espermatozoides, viabilidad motilidad y morfología) en un grupo de ciclistas que recorrían grandes distancias respecto a un grupo control formado por individuos sedentarios. Se encontró que existían diferencias significativas en cuanto a la morfología de los espermatozoides, presentándose una mayor proporción de formas anormales en el grupo de los ciclistas. El resto de parámetros no se vieron afectados. 
En el estudio realizado por Di Luigi et al., (2001) se quiso valorar si la calidad seminal en individuos con varicocele se veía afectada por el deporte. Los grupos se dividieron en sanos y con varicocele que no hacían deporte y sanos y con varicocele deportistas. Obtuvieron que en los hombres con varicocele los parámetros espermáticos empeoran al realizar deporte. La motilidad total progresiva y la morfología normal disminuyen significativamente en el grupo de individuos atletas que tienen varicocele (Figura 1). 

Figura 1. Motilidad y morfología en atletas y no atletas con y sin varicocele. * p<0.05 y **p<0.01 (Di Luigi et al., 2001)

Por otra parte en un estudio realizado por Minguez-Alarcón et al., (2014) en la Universidad de Murcia, se observa que la calidad espermática en hombres jóvenes no se ve influenciada por la actividad física. En contraste con los atletas de élite, la actividad física en la población general es más modesta, de manera que no supone un balance energético negativo que altere los parámetros seminales; sin embargo en un estudio realizado en Estados Unidos parece demostrarse un aumento en la concentración y número de espermatozoides en individuos que realizan una actividad física moderada-vigorosa. Las diferencias entre estos dos estudios parecen deberse a discrepancias en la clasificación de los participantes en cuanto a actividad física realizada a la semana y en cuanto al tipo de actividad física realizada, que puede ser diferente en cada uno de estos países. En las gráficas de la Figura 2 se observa la falta de influencia de la actividad deportiva sobre los parámetros motilidad, concentración, morfología y número de espermatozoides.

Figura 2. Influencia de la actividad deportiva sobre los parámetros motilidad, concentración, morfología y número de espermatozoides (Minguez-Alarcón et al., 2014).

Es muy difícil medir la influencia que tiene cada uno de estos factores por sí solos sobre la calidad espermática, puesto que se dan conjuntamente en el individuo. Tendría más sentido medir la influencia acumulativa de varios de estos factores. Eso es precisamente lo que se hizo en un estudio reciente desarrollado por Wogatzky et al., (2012), donde se demostró que los distintos factores influyen de forma acumulativa sobre la calidad espermática. 

El objetivo de su estudio fue dilucidar la influencia de la acción combinada de varios factores relacionados con el estilo de vida en la calidad seminal de acuerdo a criterios MSOME, del inglés “motile sperm organelle morphology examination”, que podría ser traducido como “evaluación de la morfología de los orgánulos de espermatozoides móviles”. MSOME es una técnica de análisis espermático que permite un diagnóstico muy preciso. Permite observar con detalle orgánulos intracelulares, como las vacuolas, que pueden reflejar defectos moleculares responsables de las anomalías que se producen en el empaquetamiento de la cromatina espermática durante el proceso de maduración del espermatozoide y, por tanto, hacerlo más vulnerable a sufrir daños en su ADN. 
Estudios recientes han demostrado que la IMSI, o inyección intracitoplasmática de espermatozoides seleccionados morfológicamente mediante MSOME, mejora las tasas de fertilización (Junca et al., 2004), la calidad embrionaria (Bartoov et al., 2003; Yazbeck et al., 2008), el desarrollo hasta la etapa de blastocisto (Yazbeck et al., 2008), las tasas de implantación y preñez (Bartoov et al., 2003) y disminuye el índice de abortos (Bartoov et al., 2003). Estos resultados permiten afirmar que MSOME representa un gran avance en la evaluación de la calidad seminal. Por ese motivo MSOME fue el análisis elegido por Wogatzky et al., (2012). 

1654 hombres que acudieron a clínicas de reproducción asistida fueron los sujetos de su estudio. Se les realizó una encuesta en la que se les pidieron los siguientes datos: edad, índice de masa corporal (IMC), frecuencia de eyaculación, consumo de café y comportamiento sexual. Se recogieron muestras de semen y se evaluaron los parámetros seminales siguiendo criterios MSOME y de la OMS. Los resultados fueron agrupados y analizados estadísticamente. 
En cuanto a la determinación de la morfología espermática por MSOME, el análisis de los espermatozoides se llevó a cabo mediante un microscopio invertido de óptica Nomarski (Nomarski interferential Leica AM 6000, Germany) que permite un aumento de 6000x. Este microscopio permitió una clasificación en tres categorías de acuerdo a la presencia de vacuolas:
  • Grado I: morfología espermática normal sin vacuolas o con 1 ó 2 vacuolas pequeñas (< 4% de la longitud de la cabeza). 
  • Grado II: morfología espermática normal con una o más vacuolas grandes (> 4% de la longitud de la cabeza). 
  • Grado III: morfología espermática anormal con o sin vacuolas. 
El recuento y la motilidad espermática fueron evaluados de acuerdo a criterios de la OMS. 
El análisis estadístico se realizó utilizando el Programa Estadístico para Ciencias Sociales (SPSS 13.0, Chicago, IL). Las comparaciones entre grupos se realizaron mediante la prueba t de Student.
Para estudiar la influencia combinada de varios factores sobre la calidad espermática se clasificó a los individuos en dos categorías de acuerdo a si su estilo de vida era saludable o no. Para ello se diseñó un sistema que consistía en asignar a cada individuo un punto cada vez que se cumpliese uno de estos criterios: IMC > 25, edad > 50 años, consumo de café > 3 tazas por día, abstinencia sexual > 2 días, frecuencia de eyaculación < 4 veces al mes. El límite para el estilo de vida "poco saludable" se fijó en más de 2 puntos. 
1654 pacientes respondieron a la encuesta, 1484 fueron clasificados en el grupo “estilo de vida saludable” y 170 fueron clasificados en el grupo “estilo de vida no saludable”. Se observó una disminución estadísticamente significativa (p<0.05) de la calidad espermática de acuerdo a criterios MSOME (clase I) y en motilidad espermática (grado a) en los pacientes del grupo “estilo de vida no saludable” (Tabla 1). 

Tabla 1. Relación entre distintos estilos de vida (índice de masa corporal, edad, consumo de cafeína, comportamiento sexual, fumar y estrés) relacionado con parámetros seminales (Wogatzky et al., 2012).

Las conclusiones a las que llegaron en este artículo fueron las siguientes: El efecto combinado de los factores característicos de un estilo de vida no saludable podría tener una influencia negativa en la calidad seminal.



Patricia Bárcena Sánchez
Eva Rodríguez Acevedo 



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3 comentarios:

  1. Está bastante bien. Sobre el estilo, revisad para poner la cita al principio de las argumentaciones, no al final. De esta manera, el lector sabe si habéis cambiado de fuente.
    A veces el texto da la sensación de fragmentado. Usáis demasiados párrafos a veces. Recordad que el cambio de párrafo suele indicar que se cambia de tema. No todos están mal, pero deberíais revisar también este aspecto. Tampoco hace falta que deis detalles como los tests estadísticos, software, etc. (a menos que sean realmente relevantes), pero en algunos sitios se echan de menos datos. Por ejemplo, cuando os referís a las cantidades de café o tabaco, deberías poner lo que se considera dosis "altas" y si éstas podrían alcanzarse normalmente o si realmente se trata de dosis fuera de lo que se consideraría un consumo normal. En algunos sitios se echa de menos alguna cifra sobre grado de disminución de parámetros espermáticos, etc. No hace falta poner todos los números, pero hay sitios donde añadirlo aporta información muy útil para apoyar la argumentación y ponerla en contexto (no es lo mismo si un factor de riesgo nos baja la movilidad un 30% que si lo hace en un 1%). Hay sitios donde os faltarían citas (donde habláis del estrés, por ejemplo).
    Sobre temas más científicos, la mayor parte de mis comentarios son similares a los del artículo divulgativo (aplicadlo aquí). Revisé el artículo de Safarinejad, y efectivamente lo que afirman no es que los PUFA sean antioxidantes, sino que su suplementación eleva en algunos trabajos la actividad antioxidante en el semen (no es lo mismo). También mencionan lo que os comentaba en el otro trabajo:
    "Deleterious health effects of increased dietary omega-6/omega-3 ratios have been documented in many studies"
    "Also, the serum omega- 6/omega-3 PUFAs ratio was significantly higher in infertile men."
    De hecho, se suele preferir omega-3 o formulaciones que favorecen a éstos (como el aceite de oliva). Estos autores no hablan de PUFAs indiscriminadamente, sino que aconsejan explícitamente omega-3. Tenéis que revisar esa parte:
    "Considerable number of infertile men with idiopathic oligoasthenoteratozoosper- mia might be benefit from omega-3 fatty"
    Me llama sobre todo la atención la parte sobre el deporte. Aquí deberíais revisar la frase "hasta la fecha" seguida por una cita a un trabajo del 93... corregidlo o buscad algún trabajo más actual y poned la cita.
    Sobre los ciclistas, ¿por qué creéis que en este deporte en concreto sí que parece que hay resultados negativos?
    ¿Por qué el deporte causa efectos negativos si hay varicocele, pero mucho menos o ninguno si no hay?

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    1. Gracias por el comentario y las sugerencias. Empiezo a contestarte por el final. Respecto a la pregunta sobre los ciclistas, supongo que la disminución en la calidad espermática se debe al hecho de mantener los testículos presionados contra el sillín durante horas, lo que impide una correcta refrigeración. Respecto a los deportistas que tienen varicocele, supongo que la mala calidad espermática está influenciada por la patología. Las varicosidades producen un aumento de presión aumentando la resistencia a la circulación sanguínea, lo que se puede traducir en un aumento de temperatura que daña el semen.
      Hemos completado el trabajo en lo que concierne a los datos que omitimos sobre la influencia del café, tabaco y el estudio de Safarinejad et al. En breves momentos mi compañera lo actualizará en el blog.

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  2. Buena deducción. También hay que tener en cuenta que hay deportes en los que hay más probabilidad de desarrollar microtraumas testiculares. En el caso del varicocele, no solo la presión es importante, sino que hay un componente de daño oxidativo, hipoxia e hipertermia.
    Por lo demás, creo que os ha quedado muy completo y bastante bien fundamentado.

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