Efecto de la alimentación sobre los espermatozoides
Elena Mesa Provecho, Laura Ordóñez Cuerva, Sara Puerta
Nieto
Hoy en día, no
es raro escuchar hablar de problemas de fertilidad, gente cercana o famosos que
han acudido a clínicas de reproducción para someterse a diversos tratamientos
con la finalidad de lograr un embarazo. Se calcula que el 15% de las parejas de
todo el mundo encuentra dificultades para tener hijos de forma natural (1,2).
¿Nos quiere
decir esto que todo el mundo con problemas de fertilidad tendría que recurrir a
estos complejos tratamientos? No tiene por qué, ya que existen pasos previos a
los que las parejas podrían recurrir como una mejora de su estilo de vida (2).
Hay determinados factores ambientales que modulan significativamente la
fertilidad masculina; entre ellos, la dieta, y Carlos Ríos estaría de acuerdo (https://www.instagram.com/p/B8wpN14C12N/).
Algunos alimentos pueden tener un efecto positivo o negativo en la calidad de
nuestro semen (2,3).
Las membranas de
los espermatozoides están compuestas por gran cantidad de ácidos grasos
poliinsaturados. Esto hace que sean muy sensibles a los efectos adversos del
estrés oxidativo, uno de los principales factores que reducen la calidad del
semen y aumentan el riesgo de la infertilidad masculina (1). Aun teniendo una
capacidad antioxidante bastante limitada, los espermatozoides son capaces de
protegerse frente a este estrés oxidativo, ya que tienen una serie de complejos
enzimáticos y otras moléculas como vitaminas y micronutrientes que conforman su
sistema antioxidante (4). Por lo que un aumento del consumo de alimentos
antioxidantes (arándanos, almendras, algunas verduras, etc) podría mejorar las
tasas de embarazo en parejas con problemas de infertilidad debida a un factor
masculino (4).
Muchos de los
componentes que se necesitan para la espermatogénesis, formación de espermatozoides,
y la maduración de estos, se obtienen a través de los alimentos (1). Dentro de
estos componentes los principales son los micronutrientes, vitaminas y ácidos
grasos.
Micronutrientes
Existen
nutrientes que, aunque se necesiten en baja cantidad, pueden suponer una
diferencia en cuanto a tener una buena o mala calidad seminal; estamos hablando
de los micronutrientes. Algunos de estos micronutrientes, como el zinc,
selenio, magnesio, calcio y cobre, son necesarios para una correcta
espermatogénesis, por lo que es imprescindible que estén presentes en nuestra
dieta.
Para tener unos
parámetros seminales normales como son la concentración espermática, motilidad
y viabilidad es importante incluir alimentos ricos en selenio y zinc (1) como
las pipas de calabaza, pescado, marisco, nueces, hígado, etc.
Por otro lado,
consumir alimentos como espinacas, frutos secos, lácteos, huevos, ricos en
magnesio, calcio y cobre, favorecen una buena formación de espermatozoides (1).
Vitaminas
Como bien
sabemos, las vitaminas son imprescindibles para la vida debido a que promueven
el correcto funcionamiento fisiológico. En nuestro caso en concreto, la
vitamina C y la D son importantes para regular la función reproductiva (4). En
el caso de la vitamina C, se ha observado una asociación positiva entre su
consumo y el volumen y motilidad seminal.
Ácidos grasos
Las membranas
celulares están compuestas principalmente por ácidos grasos, los cuales ayudan
a mantener la fluidez y permeabilidad de estas. En el caso de los
espermatozoides, tiene un efecto importante sobre la fertilidad, ya que
participan en la fusión con la membrana del óvulo (6).
Los humanos
tenemos una baja capacidad de sintetizar ácidos grasos poliinsaturados, sobre
todo omega-3, por lo que dependemos casi exclusivamente del aporte de estos en
nuestra dieta. Un consumo excesivo de grasas saturadas y trans afecta
directamente a la composición lipídica de las membranas de los espermatozoides
(4,7) y, por tanto, puede tener un efecto negativo sobre el recuento total, la
concentración y morfologías de estos.
Todos sabemos
que el consumo excesivo de carnes rojas puede afectar a nuestra salud,
aumentando el riesgo de padecer ciertos problemas como enfermedades
cardiovasculares. Sin embargo, no todo el mundo sabe que este desequilibrio en
el consumo de grasas saturadas también puede afectar de forma directa a la
fertilidad masculina (1,8). Existe una correlación inversa entre el consumo de
carne roja y el recuento total de espermatozoides (4).
En base a todo
lo anteriormente mencionado, lo ideal sería consumir un aporte equilibrado de
todos los nutrientes; sin embargo, sabemos que no todas las dietas tienen la misma
riqueza nutritiva. En este caso, vamos a comparar la dieta mediterránea con la
dieta occidental. La dieta mediterránea está considerada uno de los patrones
dietéticos más saludables, y está caracterizada por un alto consumo de aceite
de oliva, frutas, vegetales, frutos secos, legumbres y cereales integrales, un
consumo moderado de pescado, carne de ave y vino, y un bajo consumo de lácteos,
carnes rojas, carnes procesadas y dulces (2). Por este motivo, una buena
adherencia a la dieta mediterránea mejora hasta 3 veces la función espermática respecto
a los hombres que no siguen este tipo de dieta, debido a que este tipo de
alimentación tiene beneficios en varios procesos metabólicos como la
inflamación, el estrés oxidativo y la resistencia a la insulina (9). Por el
contrario, la dieta occidental es una dieta hipercalórica en la que se consumen
grandes cantidades de proteínas de origen animal, grasas trans y saturadas e
hidratos de carbono, además de tener un bajo aporte de fibra y ácidos grasos
esenciales (1). La baja calidad nutricional de este tipo de dieta tiene un
impacto negativo en la calidad seminal.
Ligado a esto,
se puede hacer una asociación entre el incremento de la masa corporal y tener
un semen con valores espermáticos alterados (5). Aunque no solo el incremento,
sino que un IMC asociado a un bajo peso también puede determinar esta baja
calidad del semen. ¿Cuáles son estas características que pueden verse afectadas
en dichos casos? Lo más frecuente es un bajo número de espermatozoides,
alteración conocida como oligozoospermia. Además, el volumen seminal, la
motilidad y la integridad de la membrana plasmática estarán más frecuentemente
alteradas (10).
En conclusión,
si bien sabíamos que la dieta influye en muchos factores asociados a la salud,
no somos tan conscientes ni está tan a la orden del día su influencia sobre la
función reproductiva; en concreto, sobre los espermatozoides y la calidad de
estos. Es por esto qué se debería tener un buen control y seguimiento tanto de
forma individualizada como en las clínicas reproductivas, siendo un paso previo
a cualquier tratamiento reproductivo complejo, ya que podría mejorar las tasas
de éxito.
En pocas
palabras: mejora tu comida y consigue un semen de categoría.
BIBLIOGRAFÍA
1. Skoracka, K., Eder, P., Łykowska-Szuber, L.,
Dobrowolska, A., & Krela-Kaźmierczak, I. (2020). Diet and Nutritional
Factors in Male (In)fertility—Underestimated Factors. Journal Of
Clinical Medicine, 9(5), 1400. https://doi.org/10.3390/jcm9051400
2. Salas-Huetos, A., Babio,
N., Carrell, D., Bulló, M., & Salas-Salvadó, J. (2019). Adherence to the
Mediterranean diet is positively associated with sperm motility: A
cross-sectional analysis. Scientific Reports, 9(1). https://doi.org/10.1038/s41598-019-39826-7
3. Danielewicz, A.,
Przybyłowicz, K., & Przybyłowicz, M. (2018). Dietary Patterns and Poor
Semen Quality Risk in Men: A Cross-Sectional Study. Nutrients, 10(9),
1162. https://doi.org/10.3390/nu10091162
4. Suliga, E., &
Głuszek, S. (2020). The relationship between diet, energy balance and fertility
in men. International Journal For Vitamin And Nutrition Research, 90(5-6),
514-526. https://doi.org/10.1024/0300-9831/a000577
5. Ramírez, N., Estofán, G., Tissera, A., Molina,
R., Luque, E., & Torres, P. et al. (2021). Do aging,
drinking, and having unhealthy weight have a synergistic impact on semen
quality?. Journal Of Assisted Reproduction And Genetics, 38(11),
2985-2994. https://doi.org/10.1007/s10815-021-02274-2
6. Shan, S., Xu, F.,
Hirschfeld, M., & Brenig, B. (2021). Sperm Lipid Markers of Male Fertility
in Mammals. International Journal Of Molecular Sciences, 22(16),
8767. https://doi.org/10.3390/ijms22168767
7. Mínguez-Alarcón, L., Chavarro, J., Mendiola,
J., Roca, M., Tanrikut, C., & Vioque, J. et al. (2017). Fatty acid intake
in relation to reproductive hormones and testicular volume among young healthy
men. Asian Journal Of Andrology, 19(2), 184. https://doi.org/10.4103/1008-682x.190323
8. Cortés, E., Hidalgo, M. J., Rizo-Baeza, M. M.,
Aguilar, M. J., & Gil, V.. (2013). Índice elevado de ácidos grasos omega
6/omega 3 en niños con neuropatías causa o efecto. Nutrición Hospitalaria,
28(4), 1165-1170. https://dx.doi.org/10.3305/nh.2013.28.4.6584
9. Estruch, R., Ros, E., Salas-Salvadó, J., Covas,
M., Corella, D., & Arós, F. et al. (2018). Primary
Prevention of Cardiovascular Disease with a Mediterranean Diet Supplemented
with Extra-Virgin Olive Oil or Nuts. New England Journal Of Medicine, 378(25),
e34. https://doi.org/10.1056/nejmoa1800389
10. Keszthelyi, M.,
Gyarmathy, V., Kaposi, A., & Kopa, Z. (2020). The potential role of central
obesity in male infertility: body mass index versus waist to hip ratio as they
relate to selected semen parameters. BMC Public Health, 20(1).
https://doi.org/10.1186/s12889-020-8413-6
11. Khodamoradi, K., Parmar, M., Khosravizadeh,
Z., Kuchakulla, M., Manoharan, M., & Arora, H. (2020). The role of leptin and
obesity on male infertility. Current Opinion In Urology, 30(3),
334-339. https://doi.org/10.1097/mou.0000000000000762