13 de enero de 2022

SOMOS LO QUE COMEMOS, PERO ¿HASTA QUÉ PUNTO?

 Efecto de la alimentación sobre los espermatozoides

Elena Mesa Provecho, Laura Ordóñez Cuerva, Sara Puerta Nieto

Hoy en día, no es raro escuchar hablar de problemas de fertilidad, gente cercana o famosos que han acudido a clínicas de reproducción para someterse a diversos tratamientos con la finalidad de lograr un embarazo. Se calcula que el 15% de las parejas de todo el mundo encuentra dificultades para tener hijos de forma natural (1,2).

¿Nos quiere decir esto que todo el mundo con problemas de fertilidad tendría que recurrir a estos complejos tratamientos? No tiene por qué, ya que existen pasos previos a los que las parejas podrían recurrir como una mejora de su estilo de vida (2). Hay determinados factores ambientales que modulan significativamente la fertilidad masculina; entre ellos, la dieta, y Carlos Ríos estaría de acuerdo (https://www.instagram.com/p/B8wpN14C12N/). Algunos alimentos pueden tener un efecto positivo o negativo en la calidad de nuestro semen (2,3).


Carlos Ríos, influencer y nutricionista

Las membranas de los espermatozoides están compuestas por gran cantidad de ácidos grasos poliinsaturados. Esto hace que sean muy sensibles a los efectos adversos del estrés oxidativo, uno de los principales factores que reducen la calidad del semen y aumentan el riesgo de la infertilidad masculina (1). Aun teniendo una capacidad antioxidante bastante limitada, los espermatozoides son capaces de protegerse frente a este estrés oxidativo, ya que tienen una serie de complejos enzimáticos y otras moléculas como vitaminas y micronutrientes que conforman su sistema antioxidante (4). Por lo que un aumento del consumo de alimentos antioxidantes (arándanos, almendras, algunas verduras, etc) podría mejorar las tasas de embarazo en parejas con problemas de infertilidad debida a un factor masculino (4).

Muchos de los componentes que se necesitan para la espermatogénesis, formación de espermatozoides, y la maduración de estos, se obtienen a través de los alimentos (1). Dentro de estos componentes los principales son los micronutrientes, vitaminas y ácidos grasos.

Micronutrientes

Existen nutrientes que, aunque se necesiten en baja cantidad, pueden suponer una diferencia en cuanto a tener una buena o mala calidad seminal; estamos hablando de los micronutrientes. Algunos de estos micronutrientes, como el zinc, selenio, magnesio, calcio y cobre, son necesarios para una correcta espermatogénesis, por lo que es imprescindible que estén presentes en nuestra dieta.

Para tener unos parámetros seminales normales como son la concentración espermática, motilidad y viabilidad es importante incluir alimentos ricos en selenio y zinc (1) como las pipas de calabaza, pescado, marisco, nueces, hígado, etc.

Por otro lado, consumir alimentos como espinacas, frutos secos, lácteos, huevos, ricos en magnesio, calcio y cobre, favorecen una buena formación de espermatozoides (1).

Vitaminas

Como bien sabemos, las vitaminas son imprescindibles para la vida debido a que promueven el correcto funcionamiento fisiológico. En nuestro caso en concreto, la vitamina C y la D son importantes para regular la función reproductiva (4). En el caso de la vitamina C, se ha observado una asociación positiva entre su consumo y el volumen y motilidad seminal.

Ácidos grasos

Las membranas celulares están compuestas principalmente por ácidos grasos, los cuales ayudan a mantener la fluidez y permeabilidad de estas. En el caso de los espermatozoides, tiene un efecto importante sobre la fertilidad, ya que participan en la fusión con la membrana del óvulo (6).

Los humanos tenemos una baja capacidad de sintetizar ácidos grasos poliinsaturados, sobre todo omega-3, por lo que dependemos casi exclusivamente del aporte de estos en nuestra dieta. Un consumo excesivo de grasas saturadas y trans afecta directamente a la composición lipídica de las membranas de los espermatozoides (4,7) y, por tanto, puede tener un efecto negativo sobre el recuento total, la concentración y morfologías de estos.

Todos sabemos que el consumo excesivo de carnes rojas puede afectar a nuestra salud, aumentando el riesgo de padecer ciertos problemas como enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, no todo el mundo sabe que este desequilibrio en el consumo de grasas saturadas también puede afectar de forma directa a la fertilidad masculina (1,8). Existe una correlación inversa entre el consumo de carne roja y el recuento total de espermatozoides (4).

Figura 1. Malos y buenos hábitos que afectan a la calidad seminal (1).

En base a todo lo anteriormente mencionado, lo ideal sería consumir un aporte equilibrado de todos los nutrientes; sin embargo, sabemos que no todas las dietas tienen la misma riqueza nutritiva. En este caso, vamos a comparar la dieta mediterránea con la dieta occidental. La dieta mediterránea está considerada uno de los patrones dietéticos más saludables, y está caracterizada por un alto consumo de aceite de oliva, frutas, vegetales, frutos secos, legumbres y cereales integrales, un consumo moderado de pescado, carne de ave y vino, y un bajo consumo de lácteos, carnes rojas, carnes procesadas y dulces (2). Por este motivo, una buena adherencia a la dieta mediterránea mejora hasta 3 veces la función espermática respecto a los hombres que no siguen este tipo de dieta, debido a que este tipo de alimentación tiene beneficios en varios procesos metabólicos como la inflamación, el estrés oxidativo y la resistencia a la insulina (9). Por el contrario, la dieta occidental es una dieta hipercalórica en la que se consumen grandes cantidades de proteínas de origen animal, grasas trans y saturadas e hidratos de carbono, además de tener un bajo aporte de fibra y ácidos grasos esenciales (1). La baja calidad nutricional de este tipo de dieta tiene un impacto negativo en la calidad seminal.

Ligado a esto, se puede hacer una asociación entre el incremento de la masa corporal y tener un semen con valores espermáticos alterados (5). Aunque no solo el incremento, sino que un IMC asociado a un bajo peso también puede determinar esta baja calidad del semen. ¿Cuáles son estas características que pueden verse afectadas en dichos casos? Lo más frecuente es un bajo número de espermatozoides, alteración conocida como oligozoospermia. Además, el volumen seminal, la motilidad y la integridad de la membrana plasmática estarán más frecuentemente alteradas (10).

En conclusión, si bien sabíamos que la dieta influye en muchos factores asociados a la salud, no somos tan conscientes ni está tan a la orden del día su influencia sobre la función reproductiva; en concreto, sobre los espermatozoides y la calidad de estos. Es por esto qué se debería tener un buen control y seguimiento tanto de forma individualizada como en las clínicas reproductivas, siendo un paso previo a cualquier tratamiento reproductivo complejo, ya que podría mejorar las tasas de éxito.

En pocas palabras: mejora tu comida y consigue un semen de categoría.

BIBLIOGRAFÍA

1. Skoracka, K., Eder, P., Łykowska-Szuber, L., Dobrowolska, A., & Krela-Kaźmierczak, I. (2020). Diet and Nutritional Factors in Male (In)fertility—Underestimated Factors. Journal Of Clinical Medicine9(5), 1400. https://doi.org/10.3390/jcm9051400

2. Salas-Huetos, A., Babio, N., Carrell, D., Bulló, M., & Salas-Salvadó, J. (2019). Adherence to the Mediterranean diet is positively associated with sperm motility: A cross-sectional analysis. Scientific Reports9(1). https://doi.org/10.1038/s41598-019-39826-7

3. Danielewicz, A., Przybyłowicz, K., & Przybyłowicz, M. (2018). Dietary Patterns and Poor Semen Quality Risk in Men: A Cross-Sectional Study. Nutrients10(9), 1162. https://doi.org/10.3390/nu10091162

4. Suliga, E., & Głuszek, S. (2020). The relationship between diet, energy balance and fertility in men. International Journal For Vitamin And Nutrition Research90(5-6), 514-526. https://doi.org/10.1024/0300-9831/a000577

5. Ramírez, N., Estofán, G., Tissera, A., Molina, R., Luque, E., & Torres, P. et al. (2021). Do aging, drinking, and having unhealthy weight have a synergistic impact on semen quality?. Journal Of Assisted Reproduction And Genetics38(11), 2985-2994. https://doi.org/10.1007/s10815-021-02274-2

6. Shan, S., Xu, F., Hirschfeld, M., & Brenig, B. (2021). Sperm Lipid Markers of Male Fertility in Mammals. International Journal Of Molecular Sciences22(16), 8767. https://doi.org/10.3390/ijms22168767

7. Mínguez-Alarcón, L., Chavarro, J., Mendiola, J., Roca, M., Tanrikut, C., & Vioque, J. et al. (2017). Fatty acid intake in relation to reproductive hormones and testicular volume among young healthy men. Asian Journal Of Andrology19(2), 184. https://doi.org/10.4103/1008-682x.190323

8. Cortés, E., Hidalgo, M. J., Rizo-Baeza, M. M., Aguilar, M. J., & Gil, V.. (2013). Índice elevado de ácidos grasos omega 6/omega 3 en niños con neuropatías causa o efecto. Nutrición Hospitalaria, 28(4), 1165-1170. https://dx.doi.org/10.3305/nh.2013.28.4.6584

9. Estruch, R., Ros, E., Salas-Salvadó, J., Covas, M., Corella, D., & Arós, F. et al. (2018). Primary Prevention of Cardiovascular Disease with a Mediterranean Diet Supplemented with Extra-Virgin Olive Oil or Nuts. New England Journal Of Medicine378(25), e34. https://doi.org/10.1056/nejmoa1800389

10. Keszthelyi, M., Gyarmathy, V., Kaposi, A., & Kopa, Z. (2020). The potential role of central obesity in male infertility: body mass index versus waist to hip ratio as they relate to selected semen parameters. BMC Public Health20(1). https://doi.org/10.1186/s12889-020-8413-6

11. Khodamoradi, K., Parmar, M., Khosravizadeh, Z., Kuchakulla, M., Manoharan, M., & Arora, H. (2020). The role of leptin and obesity on male infertility. Current Opinion In Urology30(3), 334-339. https://doi.org/10.1097/mou.0000000000000762

 

3 comentarios:

  1. Bien explicado y documentado. Como en la otra entrada, la figura 1 no se ve muy bien, por si la podéis encontrar a mayor resolución.
    Una apreciación, Ríos ha sido bastante criticado por usar criterios pseudocientíficos o mercantilistas. Tal vez no sea la mejor referencia, hay divulgadores en el campo de la nutrición que se basan más estrictamente en evidencias.

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    1. Hola Felipe, muchas gracias. En cuanto a la imagen 1, he tratado de subirla con mayor resolución pero el resultado en el blog sigue siendo el mismo, tal vez sea mejor sustituir directamente la imagen o crearla nosotras mismas, aunque si van a las referencia, el articulo del que procede está libre y la imagen se puede ver con detalle. En cuanto a la mención de Carlos Ríos, era para darle un toque de humor, si bien ha sido criticado es ampliamente conocido y el post que hemos enlazado está bien documentado y coincide con los resultados que nosotras hemos expuesto; aunque si lo cree necesario podemos eliminar dicha mención. Un saludo.

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    2. Sin entrar en más apreciaciones, no sé si es el estilo de este autor o el propósito explícito, pero el post de Ríos no parece ser muy original, omite datos importantes a conveniencia (por ejemplo, que las dietas control incluían mantequilla y otros alimentos que no convienen a su discurso) y su propósito es realmente promocionar su discurso pseudocientífico (aparte de que la redacción y presentación deja mucho que desear, en este blog publicáis artículos de mucha más calidad).
      Sobre la imagen, parece ser que si se inserta a través del menú, no arrastrándola, queda a mayor definición.

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